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HOY

La muerte de una niña autista genera la ira de padres por el racismo y bullying en los colegios de EE.UU.

“Ningún padre debería tener que enterrar a su hija de 10 años”, dijo Brittany, la madre, quien además iniciará una investigación contra la escuela que conocía el caso.

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Brittany Tichenor-Cox sostiene la foto de su hija en su celular durante una entrevista al medio AP. | Rick Browmer | AP

Una mañana, la madre de una niña de 10 años descubrió que algo no estaba yendo bien en la vida de su pequeña tras encontrarla con un aromatizador ambiental antes de acudir a la escuela de Estados Unidos. Isabella ‘Izzy’ Tichenor que gozaba de una gran sonrisa estaba viviendo la peor de sus pesadillas mientras cursaba el quinto de primaria.

Brittany Tichenor-Cox se enteró que su niña era tildada de “apestosa” por un compañero de su salón después de que una maestra ordenara a los estudiantes que se ducharan.

La madre informó al maestro, la escuela y el distrito sobre el acoso, pero dijo que ellos no hicieron nada para mejorar la situación. El pasado 6 de noviembre, en su casa cerca de Salt Lake City, Izzy se suicidó.

Su impactante muerte desencadenó una oleada de ira por los suicidios de jóvenes, el racismo en el aula y el bullying hacia los niños con autismo, cuestiones que han sido destacadas por la discriminación racial generalizada en la nación y un énfasis renovado en la salud mental de los estudiantes durante la pandemia de COVID-19.

“Cuando pedía a gritos ayuda para que alguien hiciera algo, nadie apareció por ella”, dijo la madre esta semana en una entrevista con la agencia The Associated Press.

“Me duele saber que mi bebé fue acosada todo el día durante la escuela, desde el momento en que la dejé hasta el momento en que la recogí”, agregó.

Ser autista hizo que a Izzy le resultara difícil encontrar palabras para expresar lo que estaba sintiendo, pero su madre sintió que su hija estaba interiorizando los mensajes de la escuela.

Le pidió a su madre que se quitara el lunar y se afeitara la uniceja ya que a su maestra no le agradaba y que no la saludaría ni la ayudaría con las tareas escolares. Brittany le dijo que esos rasgos la hacían diferente y hermosa.

La madre promete hacer que la vida de Izzy importe al hablar sobre la intimidación, el racismo y la importancia de comprender el autismo para que ningún otro padre tenga que sufrir como ella. “Ningún padre debería tener que enterrar a su hija de 10 años”, dijo Brittany.

“Todavía estoy en estado de shock. Esto me empuja a sacar esto así. Mami está presionando para asegurarse de que esto no le suceda a nadie más”, agregó.

Asimismo, la madre le dijo a la agencia AP que no confía en la investigación del distrito porque no tiene credibilidad. Asimismo, indicó que hará una investigación propia con su abogado.

Brittany y su esposo, Charles Cox, tienen otros cinco hijos en los que concentrarse, por lo que están haciendo todo lo posible para manejar el dolor mientras intentan recordar el brillo que Izzy trajo a sus vidas durante una década.

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