De mal en peor. Cientos de mujeres afganas vienen protestando en sus redes sociales por los estrictos códigos de vestimenta que han impuesto los talibanes a los estudiantes pues aseguran que esta no representa a la cultura de Afganistán ya que su ropa tradicional esta llena de colores, bordados e incluso algunas usan sombrero.
A través de los hashtags como #DoNotTouchMyClothes (no toques mi ropa) y #AfghanistanCulture (cultura de Afganistán), las mujeres afganas vienen publicando fotos con su ropa tradicional llena de faldas largas plisadas y espejos colocados alrededor del pecho. Esta medida fue impulsada por la académica afgana Bahar Jalali. "La mayor preocupación es que la identidad y soberanía de Afganistán están siendo atacadas", dijo a la BBC.
“Quería decir al mundo que los atuendos que se han visto en los medios (refiriéndose a los usados por las mujeres pro-Talibán) no son parte de nuestra cultura. No son nuestra identidad”, dijo Jalali quien publicó en redes una foto suya con un vestido verde. Como se sabe, el burka es aquel traje que cubre desde la cabeza hasta los pies.
Y, es que en los últimos 20 años muchas mujeres afganas han venido simplificando esta ropa cuando iban al trabajo o a la universidad, pero siempre rindiendo homenaje a su cultura mediante el velo o algún otro accesorio. Sin embargo, luego de la toma del poder por los talibanes han decidido protestar este último fin de semana vistiendo abayas negras que tapan por completo su rostro y sus manos.
“Este es el auténtico vestido afgano. La mujer afgana viste atuendos coloridos y modestos. El burka negro jamás ha sido parte de nuestra cultura”, tuiteó Spozhmay Maseed, activista de derechos humanos en Virginia, Estados Unidos.
Durante su gobierno (1996-2001), los talibanes prohibieron a las niñas asistir a la escuela, impidieron a las mujeres trabajar o salir solas sin un acompañante varón, y castigaron con la lapidación o latigazos a las acusadas de adulterio. La lectura que tienen del Islam los condujo a establecer una política religiosa para suprimir los “vicios”.
Asimismo, pese a que prometieron hacer un gobierno inclusivo donde respetaran los derechos de las mujeres, los talibanes siguen imponiendo sus políticas conocidas como extremadamente conservadoras pues esta vez han anunciado que no podrán practicar deportes porque no es adecuado y el Islam no lo permite.
Los talibanes se financian del trafico de drogas, es decir, cultivan la amapola de la que extraen el opio. Así como la extorsión a empresas locales y rescates obtenidos tras secuestros. “Una buena parte de sus ingresos provienen también de la recolección de impuestos”, explica Charles Kupchan, del Council on Foreign Relations.
Somos el equipo de mundo de El Popular con las mejores noticias internacionales de coronavirus, acontecimientos de los diferentes continentes de América del Sur y del Norte, Asia, África y Europa.