Científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, se encuentran en alerta ante la principal amenaza del planeta Tierra, se trata del asteroide Bennu, un cuerpo celeste rocoso de 500 metros de diámetro, el cual es considerado potencialmente peligroso.
De acuerdo a especialistas de la agencia del gobierno estadounidense, el asteroide Bennu tiene una “posibilidad extremadamente pequeña” de llegar a chocar con el planeta Tierra a partir del año 2135.
La misión OSIRIS-REx de la NASA es la encargada de monitorear y calcular la trayectoria de Bennu durante los próximos siglos con una precisión de 2 metros, logrando estimar que su encuentro con la Terra será en 2135 y que pasará más cerca que la Luna.
Al respecto, los científicos de la NASA reportaron que las probabilidades de que el asteroide impacte aún continúan siendo muy bajada. “No deberíamos preocuparnos demasiado por eso”, señaló Davide Farnocchia, científico del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.
De acuerdo a datos de la agencia espacial, el punto de máximo riesgo de asteroide Bennu en un solo día será el 24 de septiembre del año 2182, con una probabilidad del 0,037%.
“Debemos recordar que el riesgo de Bennu como asteroide individual es menor que los riesgos provenientes de los objetos de tamaño similar no descubiertos. Por eso la NASA está haciendo un gran esfuerzo para descubrir más del 90 % de los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros de tamaño”, explicó durante una conferencia Davide Farnocchia, autor principal del estudio.
La cámara NavCam1 de la sonda espacial OSIRIS-REx captó fotos en blanco y negro del asteroide Bennu, pero no fue hasta el 10 de diciembre de 2020 en que la NASA aseguró que Bennu está compuesto de agua en su interior.
“El equipo sospecha que estos grupos hidroxilo (moléculas que contienen átomos de oxígeno e hidrógeno unidos entre sí) existen a nivel mundial a través del asteroide en minerales arcillosos que contienen agua, lo que significa que en algún momento, el material rocoso de Bennu interactuó con el agua”, comentó Amy Simon, científico adjunto de la NASA.
En la Tierra estamos en alerta siempre ante el pase de los asteroides y meteoritos. El 3 de octubre del 2019, el asteroide 2007FT3 causó cierta zozobra porque se creía que iba a impactar con el planeta. Ello, desde luego no ocurrió, y solo fue un susto. En este tipo de eventos, incluso, los científicos no pueden predecir con exactitud cuándo y por dónde caerá algún objeto celeste a la Tierra. Solo queda esperar.
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