Jason Kelk, de 49 años, fue internado en el Hospital de la Universidad de St James en Gran Bretaña, en marzo del 2020 a causa del coronavirus. El paciente murió después de decidir retirarse del tratamiento el viernes 18 de junio.
Su esposa, Sue Kelk, compartió la noticia de su muerte en Facebook y dijo que Jason “falleció en paz”. “Es con un gran pesar que tengo que compartir la triste noticia de que Jason falleció pacíficamente en St Gemma's a las 12.40 pm”, escribió Sue en su red social.
“Definitivamente era importante para él hacerlo en sus términos. Pero está dejando a mucha gente absolutamente desamparada”, dijo al Yorkshire Evening Post.
Jason, que tenía diabetes tipo 2 y asma, fue trasladado a cuidados intensivos en abril del año pasado y permaneció en la misma sala hasta que fue al hospicio.
El virus del SARS-CoV-2 del dañó sus pulmones y riñones, y desarrolló graves problemas estomacales que hicieron que tuviera que ser alimentado por vía intravenosa.
A principios de este año, parecía estar recuperándose, comenzando a caminar y saliendo de un ventilador y un filtro renal de 24 horas.
Antes de que su condición empeorara, Sue dijo que su esposo estaba tomando té y sopa y enviando mensajes de texto. Pero su estado empeoró en mayo. Tuvieron que volver a conectarlo a un ventilador y luego desarrolló dos infecciones.
Según informó la prensa británica, Jason murió después de decidir que ya no podía 'vivir así'. Jason Kelk murió rodeado de su familia, y deja cinco hijastros y ocho nietos, dos de los cuales nunca había conocido porque nacieron el año pasado.
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