
Un joven que trabaja en un banco de Brasil se llevó una gran sorpresa al leer un mensaje que una cliente había escrito en un recibo. La mujer escribió “¿Me puede ayudar?” y agregó que sufría de “violencia doméstica”.
“Me asusté enseguida, leí lo que estaba escrito y decidí mantener la calma para saber qué podía hacer”, dijo el trabajador al diario Correio Brazilienze. Él decidió pasarle un papel en blanco para que ella escribiera sus datos personales por lo que la mujer decidió darle otro aviso.
“Si la policía llama, no responderá. Hay que insistir porque él hará como si no estuviera en casa. No puedo pasar el teléfono. Él puede contestar”, escribió. Añadió que el agresor estaba afuera de la agencia y que la estaba esperando.
Tras pedirle sus datos, el empleado se dirigió a sus compañeros para pedir ayuda y ellos se comunicaron con el Grupo de Prevención Orientada a la Violencia Doméstica y Familiar, que llegó rápidamente para poner a salvo a la familia.
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El personal a cargo del operativo no encontró a la mujer ni al sospechoso en el hogar, pero en el segundo intento, lograron hallar a la joven y a sus dos hijos.
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