El gobierno de Alabama, en Estados Unidos, tomó la decisión de mantenerse firme contra los condenados por abuso sexual infantil, por ello se aprobó la ley de castración química para abusadores. La medida es aprobada por la mayoría de las estadounidenses en todo el estado.
El representante estatal republicano Steve Hurst presentó el proyecto de ley. Fue aprobada por la legislatura estatal y recientemente la gobernadora Kay Ivey la convirtió en ley, según el medio American Web Media (AWM).
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Debido a que el estado quiere dejar muy claro que los violadores de niños no son bienvenidos, la ley ahora requiere que cualquier agresor sexual de niños mayor de 21 años sea castrado químicamente antes de que salga de la prisión y vuelva a ingresar a la sociedad.
“Han marcado a este niño de por vida, y el castigo debe ajustarse al crimen”, indicó Hurst. El republicano espera que este drástico castigo haga que un abusador de menores lo piense dos veces antes de cometer un crimen tan atroz contra los niños del estado norteamericano.
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Dado que la castración química de los abusadores de niños es ahora la ley del país para quienes viven en Alabama, se decidió que el Departamento de Salud Pública de Alabama administraría los productos químicos que reducen o bloquean la producción de testosterona en el cuerpo.
Si bien muchos apoyan el duro castigo de los abusadores de menores, otros creen que el castigo es demasiado intenso, incluso para un abusador de menores condenado.
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El representante estatal Juandallynn Givan cree que debería reconsiderarse porque la necesidad de abusar de un niño no suele ser física sino psicológica.
“Tienes que lidiar con la mente de un depredador”, dijo. “No te preocupas por las partes físicas del cuerpo. Tienes que lidiar con lo que los hace hacer lo que hacen”.
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En otras palabras, Givan cree que castrar químicamente a los agresores sexuales de menores condenados podría no hacer lo que los legisladores esperan que haga.
En cambio, existe un problema más profundo, un problema psicológico que motiva a estos depredadores a violar a los niños. La castración química comenzaría un mes antes de que el condenado salga de la cárcel. Los tratamientos continuarían hasta que un tribunal decida lo contrario.
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“Apoyo cualquier acción que podamos tomar contra un abusador de menores que le impida volver a cometer este tipo de delito, incluida la castración química. Creo que este proyecto de ley es uno de esos pasos para garantizar la seguridad pública”.
El agresor sexual tendría que pagar sus propios medicamentos y enfrentaría un cargo de delito grave si deja de tomar los productos químicos que inhiben su testosterona.