En los mares de Australia sucedió un accidente que pudo acabar en una enorme tragedia, porque un barco pesquero se volcó y un hombre perdió a sus padres, pero él y su pareja tomaron una arriesgada decisión para no morir.
El sujeto fue identificado como Ryan Oostryck, quien se vio obligado a dejar los cuerpos de sus padres (Jan y Bob) para sumergirse en las aguas repletas de tiburones para no morir. Este suceso ocurrió el pasado martes 16 de junio en Coral Bay.
Ryan intentó animar a sus padres que yacían en el barco, pero no tuvo éxito durante 30 minutos, según el comunicado que publicó la familia en el que expresan su "desconsuelo" y "sufrimiento". Oostruck y su novia ataron los cuerpos al bote y nadar hasta la orilla.
De acuerdo al escrito, la pareja nadó más de tres kilómetros, unas cuatro horas, para llegar a tierra firme. Mark Flesken, superintendente interino del distrito de Pilbara, de Australia, indicó que los novios salieron "a la superficie" cuando "encontramos los cuerpos del matrimonio de 70 años".
"No estoy al tanto del tamaño real de las olas o si podrían clasificarse como anormales, pero ciertamente fueron lo suficientemente fuertes como para golpear el bote y golpearlo", dijo Mark Flesken.
Aunque el bote estaba muy equipo y contaba con todas las prevenciones de seguridad, la familia Oostryck señaló lo siguiente: "Mi mensaje para todos los usuarios de embarcaciones es que se diviertan, pero estén preparados".
“Nuestro más sentido pésame a Ryan y Anastasia, que también estaban en el bote. No puedo imaginar el dolor en el que están ahora mismo”, lamentó un familiar sobre el caso.