La crisis sanitaria por el nuevo coronavirus ha llevado a que miles de personas cambien sus actividades cotidianas para evitar contagiarse con la mortal enfermedad, sin embargo, un sacerdote de una iglesia en Varsovia, Polonia, ha optado por confesar a sus fieles desde la comodidad de sus autos.
A vísperas de celebrarse los días cumbre de la Semana Santa, el padre Mateusz Kielarski, provisto de su mascarilla protectora, ha instalado una silla en el estacionamiento de un club para escuchar las confesiones de los penitentes.
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Los fervientes católicos polacos han aplaudido la iniciativa del sacerdote, quienes se acercan a él, pues las iglesias están cerradas debido a la reciente pandemia.
"Esto no cambia nada, ya que la confesión no está relacionada con el lugar, es un sacramento (…) Ya me ha pasado muchas veces en la vida confesarme en distintos sitios, de pie, caminando, o de rodillas en un confesionario", cuenta Marcin, de 44 años, trabajador del club deportivo Legia de Varsovia.
Así como Marcin, son decenas de personas quienes, desde sus autos, hacen largas filas en medio del intenso calor que azota al país. Ellos solo esperan llegar hacia el sacerdote quien también ha colocado un cartel con la frase: "Confesión en el estacionamiento".
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"Se hace extraño, me siento rara, pero para la seguridad y para poder confesarse serenamente, creo que está bien", cuenta Karolina, una penitente.