Tras el colapso del sistema de salud debido a los más de 50 mil casos de coronavirus en Italia, cientos de médicos retirados volvieron a tomar sus batas blancas y retornar a sus labores para hacer frente a la mortífera enfermedad que ya ha cobrado la vida de 6.000 personas en el país europeo.
Fueron las autoridades de Lombardía, la región italiana más afectada por el COVID-19, quienes extendieron el llamado de ayuda al personal médico retirado a unirse a la batalla contra la mortal enfermedad.
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"Hago un sincero llamado a todos los médicos, enfermeras y personal médico que se han retirado en los últimos dos años, para ayudarnos en esta emergencia", instó Atilio Fontana, gobernador de Lombardía.
Dentro de los cientos de médicos que atendieron el llamado de Fontana, se encuentra Giampiero Giron, un profesional de la salud de 84 años, quien decidió prestar sus servicios en esta emergencia sanitaria.
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"Pidieron mi disponibilidad y dije que sí. Cuando decides ser médico en la vida, te involucras. Hice un juramento, ¿miedo a enfermarme? Entonces es mejor no ser médico", afirmó Giron.
"Pueden llamarme en cualquier momento y, por si acaso, estoy listo partir (...) Lo considero un deber, independientemente de la edad, los médicos puedes marcar la diferencia en esta etapa. Aunque mi juramento hipocrático se remonta a mucho tiempo atrás, nunca caduca", aseveró Giron.
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Al igual que él, el caso de Gino Fasoli, médico de 74 años, quien también recibió el llamado y acudió a prestar ayuda. El galeno dispuso a trabajar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), sin embargo, a los pocos días fue contagiado con el COVID-19 y falleció por las complicaciones de la mortífera enfermedad.
Italia es considerado el principal foco infeccioso de coronavirus en toda Europa, con un saldo de más de 50.000 contagiados y alrededor de 6.000 víctimas mortales.