Las glándulas sebáceas generan la grasa necesaria para que la piel se mantenga suave y lisa. Tienen dos funciones principales: en primer lugar proteger nuestra piel de microbios gracias a la acidez del sebo; en segundo lugar, lubrican el pelo para favorecer su crecimiento.
Nuestras glándulas sebáceas se encuentran dentro de los folículos pilosos. Estos son los huecos o aberturas en la superficie de la piel por donde crece el pelo. Se encuentran repartidas por toda nuestra piel excepto en las palmas de las manos y plantas de los pies.
Las hormonas llamadas andrógenos son responsables del crecimiento de las glándulas sebáceas. Durante la adolescencia es común que el cuerpo las produzca en exceso lo que genera un taponamiento de poros ocasionando acné y puntos negros. Un mayor nivel de glucosa y exposición al sol también pueden generar que aumente el sebo, ya que es una respuesta de nuestro cuerpo ante la deshidratación de la piel.
Si las glándulas sebáceas no producen suficiente sebo pueden causar que el cabello y la piel se sequen. Por otro lado, la producción excesiva de sebo genera que nuestros poros se tapen. Eso origina la aparición del acné o de la dermatitis seborreica en distintas zonas de nuestro cuerpo.
El dato
Las glándulas sebáceas son más numerosas en nuestra cara y cuero cabelludo. Por eso tendemos a generar más sebo en estas áreas del cuerpo.
Redactora para la web e impreso de “El Popular”. Me encanta entrevistar. Amante de los libros, el terror y Disney.