El parto es un proceso fisiológico que anuncia el nacimiento de un bebé. Se considera un parto a término, es decir a tiempo normal, el que ocurre entre las 37 y 42 semanas desde la fecha de la última menstruación.
Los partos ocurridos antes de las 37 semanas se consideran partos prematuros y los que ocurren después de las 42 semanas partos post-término. El parto se divide en dos fases: dilatación y expulsión.
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La fase de dilatación del cuello del útero es para permitir el paso del bebé. Se rompe la bolsa y sale el líquido amniótico. La dilatación puede durar desde tres a 14 horas. La fase de expulsión es en la que el bebé sale a través de la vagina. Se corta el cordón umbilical y, a partir de ese momento, el bebé puede comenzar una vida independiente del cuerpo de la madre.
La placenta que protegía al bebé es expulsada del cuerpo de la madre unos 15 a 30 minutos después. Hay dos tipos de parto, el natural, que es el que hemos explicado, y por cesárea, en el que se realiza un corte en el vientre materno para sacar al bebé.
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Una vez iniciado el proceso de dilatación del cuello uterino, generalmente, es normal que las gestantes comiencen a sentir contracciones suaves cada 10 o 15 minutos, con una duración de 20 segundos. En ese momento, la abertura del útero empezará a extenderse hasta el momento en que el bebé pueda salir por allí.
Periodista especializada en tendencias e internacionales. Graduada en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en el Popular. Interesada en temas relacionados con el medio ambiente, derecho de los animales, comunidades nativas y apoyo social.