El ex volante argentino, Juan Carlos Kopriva, estuvo en Sporting Cristal, su primer equipo en el Perú. Pero si de recuerdos se trata, no olvida los días convulsionados que vivía el país por aquel entonces y que lo obligaron a marcharse para luego volver, y cómo en Alianza Lima disfrutaban con la fama de Waldir Sáenz como asiduo a un local de salsa.
—¿Cómo se da tu llegada a Sporting Cristal, dónde te diste a conocer en el Perú?
—Estaba en Italiano y los profesores López y Cavallero me llamaron para jugar la Copa Libertadores por Cristal el 90. Mi club no quería dejarme ir, me puse fuerte y les dije que si no me dejaban me retiraba del fútbol y ellos iban a perder plata. Al final aceptaron.
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—¿Fue complicada la adaptación en Cristal?
—Llegué dos semanas antes que inicie el campeonato. Estaban Miranda, el Charro Gonzales, Manassero, Olivares, Antón. Al principio fue difícil, era un grupo muy cerrado, luego por mi juego y mi temperamento me pude acoplar al grupo.
—¿Por qué te fuiste de Cristal si te iba bien?
—Jugué hasta mediados del 91 por Cristal, me fui por el terrorismo. El club era dueño de mi pase y no querían dejarme ir. Un día vino al club el señor Bentín, también dueño de la Backus, hablamos. Le propuse que me deje ir y si salía alguna propuesta por algún equipo devolvía el dinero, sino regresaba a Cristal. Entendió y me dio las facilidades.
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—Volviste el 94 a Perú para jugar por Alianza Lima, ¿fue difícil?
—Cuando me fui de Cristal les dije a los dirigentes que si volvía a Perú ellos iban a tener la prioridad. Por eso cuando Alianza me hace la propuesta, llamo a los dirigentes de Cristal y les digo que Alianza me quiere. Me dijeron que no había problema, que en mi puesto estaba Pedro Garay. Quedamos bien.
—¿Cómo se da tu llegada a Alianza?
—El 93 tuve un buen año con el Everton y Miguel Ángel Arrué con dos dirigentes de Alianza viajaron hasta Chile para convencerme. Cobreloa también me quería. Tanta era la insistencia de Alianza que pedí el doble de lo que me ofrecían para que se desanimen y terminaron aceptando. Pero tenía algunas dudas.
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—¿Cuáles?
—Es que temía que siga el terrorismo. Los dirigentes de Alianza me invitaron para que vaya una semana a Lima y comprobé que todo estaba bien.
—De entrada te metiste en el corazón del hincha.
—Mi debut fue en un clásico por Copa Libertadores y ganamos 1-0 con gol mío. Fue impresionante y pensar que casi no juego ese partido porque algo en la comida me cayó mal, estuve en la clínica, con suero, pero me recuperé y pude jugar.
—Los clásicos fueron tus mejores partidos.
—Sí, jugué cinco clásicos y anoté tres goles, con tres triunfos, un empate y una derrota.
—¿Qué recuerdas de Iván Brzic?
—Era impresionante cómo planteaba los partidos. Era de poco diálogo. Recuerdo que cuando leía los diarios decía: “Waldir (Sáenz), Kímbara”.
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—Alguna anécdota.
—Cuando jugaba en Ecuador por Cuenca en un partido ante Portoviejo, un jugador rival me arranchó una cadenita de oro. Al final del partido lo fui a buscar al vestuario y ya no estaba.
—¿Cómo ves al fútbol peruano?
—Para mí el jugador peruano tiene una calidad impresionante, es técnico, le faltaba personalidad y hoy la tiene. Varios juegan en Europa y eso les ha dado jerarquía.
—¿Hoy como entrenador es un sueño dirigir a Alianza?
—Me encantaría, pero más volver a Perú, porque tengo muchos amigos. Mis hijos ya están grandes y no tendría problemas.