
La NASA está en alerta. Científicos han confirmado un comportamiento inesperado en el Sol, quien, tras décadas de reducción, ha demostrado un efecto que sorprende a los expertos. Dicho aumento de actividad podría provocar tormentas solares, eyecciones de masa coronal y fulguraciones que afectarían al espacio y a la Tierra.
La investigación "El Sol revirtió su tendencia de debilitamiento que había durado décadas en 2008", publicada en la revista The Astrophysical Journal Letters, revela que, tras casi 13 años de calma, la estrella habría cambiado de dirección, aumentando su actividad. En este artículo te contamos los detalles.

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La observación de la actividad solar inició en el siglo XVII, cuando Galileo Galilei, junto a otros astrónomos de la época, optaron por hacer un seguimiento a la estrella y analizar las manchas solares. Estos generalmente eran unos puntos oscuros y fríos de la superficie del astro; su observación era importante para determinar la fuerza del campo magnético, que suele tener una relación con eventos de alta energía, afectando al ambiente espacial.
La investigación reveló que existe un crecimiento persistente de parámetros solares: densidad del plasma, velocidad del viento solar y aumento de la intensidad de los campos magnéticos que rodean al Sol. Dicha información fue proporcionada por las misiones ACE y Wind, quienes, desde 1990, han brindado datos continuos sobre la interacción del Sol con la Tierra.

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Expertos señalan que el cambio en la dinámica solar no es un evento menor, pues dichas alteraciones podrían generar fallas en las comunicaciones satelitales, tanto espaciales como terrestres. También se resaltan los problemas de redes eléctricas e interferencias en sistemas de navegación. Por otro lado, afectará a las misiones espaciales, como el programa Artemis, que busca expandir el conocimiento astronómico más allá de la Tierra.
Anteriormente, los registros históricos han revelado que el Sol ha atravesado eventos similares durante los años 1645 a 1715 o el de 1790 a 1830; no obstante, las causas de este fenómeno no han sido del todo específicas. Por ello, resaltan la necesidad de mantener una vigilancia frecuente para el desarrollo de modelos de predicción instantánea.
Para ello, la NASA ha lanzado proyectos como el Interstellar Mapping and Acceleration Probe (IMAP), el Carruthers Geocorona Observatory y el satélite SWFO-L1 de la NOAA, con la finalidad de obtener información avanzada y mejorar las predicciones de clima espacial, brindando seguridad en las futuras exploraciones espaciales.
Periodista especializada en ciencia, tecnología y salud. Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en El Popular, interesada en temas relacionados con estudios científicos, eventos astronómicos, hallazgos y más.