Fue asesinada por negarse al robo de una ferretería, ubicada en Carabayllo. La tarde del miércoles, dos hampones interrumpieron la tranquilidad del local para llevarse todo a su paso.
Al ingresar, se dieron con la sorpresa de que una trabajadora estaba al interior. Al interponerse, los delincuentes le dispararon cuatro veces. Los vecinos de la urbanización Los Jazmines escucharon los balazos, por lo que salieron de sus viviendas.
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Uno de ellos dice que vio a los hampones cuando salían corriendo de la ferretería 'Inversiones San Pedro'. Minutos después, se montaron en una moto y huyeron del lugar dejando el cuerpo de la mujer de 32 años, quien deja en orfandad a un pequeño de tan solo tres años.
La víctima fue trasladada de emergencia al Hospital Carlos Lanfranco La Hoz, del distrito de Puente Piedra; sin embargo, los médicos no pudieron hacer nada, ya que llegó sin signos vitales.
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La Policía Nacional del Perú (PNP) llegó hasta el lugar para corroborar los hechos y recoger el material de las cámaras de seguridad. Las imágenes son clave para dar con el paradero de los malhechores.
Los dueños del local, el señor Jhon Marín Aliaga y su esposa Sandy Mayta, confirmaron que los hampones no se llevaron nada de la ferretería, ubicada en la Asociación Los Jazmines en San Pedro de Carabayllo.
"Lo que sí nos contó anteriormente es que venían algunos fulanos hasta con armas aquí y ella presentía como que iban a robar. No se han llevado nada. Yo pienso que posiblemente hayan pedido algo y se ha resistido", declaró el empresario a los medios.
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Por otro lado, el hermano de la víctima se mostró muy consternado y aseguró que ella no tenía enfrentamientos con nadie. Pidió que se investigue el caso que ha enlutado a toda su familia.
"Pensamos que ha sido para asustar a alguien, o una equivocación. Mi hermana no ha tenido ninguna amenaza. Lo que yo pido es que se haga justicia, que se llegue al fondo y se sepa el motivo y que atrapen a los delincuentes", declaró el hombre.
La PNP presume que por las circunstancias en la que sucedieron los hechos, todo se trató de una confusión y el blanco realmente habría sido la dueña de la ferretería, aparentemente por haberse negado a pagar cupos a extorsionadores.
Con información de Deysi Portuguez.