Más de 10 policías han dado positivo a la prueba del COVID-19 y al menos 400 agentes de la Policía Nacional del Perú, se encuentran en cuarentena. La mayoría han sido contagiados en cumplimiento de sus funciones durante el Estado de Emergencia decretado por el Gobierno para evitar la propagación del virus.
Hay muchos casos de agentes del orden, pero el que más llama la atención es el caso de un coronel de Chiclayo quien hasta ahora se debate entre la vida y la muerte de esta enfermedad silenciosa que ya ha causado la muerte de 18 personas en el suelo peruano.
Durante la orden de inamovilidad obligatoria los policías no han dejado de detener al menos a dos mil personas por día, que han salido indicriminadamente a las calles a exponer sus vidas, faltando al decreto de ley.
Estas personas denominados como “rebeldes”, desacatan las medidas impuestas por el Ejecutivo e incluso han agredido verbal y físicamente a los efectivos policiales cuando hacían intervenciones y les pedían a los ciudadanos que regresen a sus domicilios.
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Como se sabe, aproximadamente 8% de peruanos no acatan la medida y el Estado ya ha anunciado nuevos decretos para la inclusión en un registro de los detenidos y la apertura posterior de procesos penales.