Si creíste que el hombre no podía evolucionar más o quedarse en la prehistoria, te equivocas. Aquí te revelamos el porqué.
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El sitio web “Vox” mostró que el cuerpo humano posee varias estructuras que son una prueba de la evolución, pues han sido testigos de la historia.
Uno de ellos es el apéndice, ya que es considerado uno de los ejemplos más conocidos del proceso de evolución que hemos experimentado todos.
Para identificar si nuestra anatomía quedó en el pasado o tiene el 'detalle' que hace diferente a los demás, entonces quédate atento a estas singularidades.
PALMARIS LONGUS
El 'palmaris longus' es un tendón que se encuentra en la muñeca entre dos músculos flexores, el 'carpi radialis' y el 'carpi ulnaris'.
No todos los humanos lo tienen, por eso sigue estos pasos:
1. Junta los dedos pulgar y meñique de una mano y mira la paret interior de la muñeca. Si debajo de la piel se tensa un tendón significa que usted es 'menos evolucionado', pues el 'palmaris longus' es más útil para los primates que se sujetan mejor a los árboles.
PIEL DE GALLINA
La piel de gallina se produce cuando a causa del frío el músculo que está en la base de cada pelo se contrae, lo que provoca que este se yerga.
Al erizarse, el pelo tira de la piel que lo rodea y forma un bulto. ¿Raro, no?
Debajo de esos bultos los animales almacenan aire que les aísla del frío, pero nosotros no experimentamos algo similar porque nuestro vello es demasiado débil.
El mecanismo permanece en el cuerpo, pues es parte de la herencia de un pasado en el que revela que éramos peludos.
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