Cipriana Solís y el secreto de la chicha de quinua que le permitió educar a sus hijos: "A todos los mandé al colegio"

Cipriana Solís Pérez (84) es una mujer de Apurímac que descubrió el secreto de la preparación de la chicha de quinua, también conocida como la chicha blanca. Ella vive en el distrito de Tamburco, provincia de Abancay. Fue en su pueblo natal donde aprendió a preparar la refrescante bebida en su adolescencia y asegura que seguirá elaborando esta bebida hasta el último de sus días.

La chicha que prepara doña Cipriana es conocida en Tamburco como la 'Gaseosa Cipri' por la popularidad que alcanzó el producto en esa localidad. Esta bebida es única no solo en su preparación sino también porque solo hay un lugar donde se puede conseguir fresquita: en la misma casa de Cipriana Solís, al lado de la iglesia del pueblo.

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De la necesidad al arte: la famosa chicha de quinua

Esta octogenaria mujer fue comprometida por sus padres con un joven cuando ella apenas tenía 16 años, por lo que se fue a convivir con él. A sus 26, cuando contrajo matrimonio, ya era madre de seis hijos. Sin embargo, al poco tiempo falleció su esposo. En ese contexto, se vio obligada a generar mayores ingresos, entonces se acordó que un día su suegra le enseñó a preparar la chicha blanca, a base de quinua.

Es así que nació su negocio de la venta de chicha, además de que, en esos años, ofrecía otros productos. “De todo hacía, vendía papas, verduras y frutas, y también preparaba chicha blanca y me iba a vender al mercado. Así crie a mis hijos”, relató.

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Pudo brindarle educación a sus hijos gracias a la 'Cipri'

Esta admirable madre narra que, años después de quedarse viuda, se enamoró de otro hombre. Con él tuvo dos hijos más. Sin embargo, fue abandonada por el padre de sus hijos. Nuevamente, encontró un refugio en la chicha y fue este negocio principalmente el que le permitió educar a todos sus menores. “A todos los mandé al colegio”, dice entre broma y broma.