El 'Doctor Muerte': ¿Qué es del excéntrico odontólogo que coleccionaba huesos humanos en su casa?
Conoce la historia del 'Doctor Muerte' que inauguró en su casa el 'museo de los huesos' y que deseó que hagan una lámpara con sus restos óseos.
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Un caso poco común ocurrió hace 14 años en una vivienda del distrito de Lince. El cirujano dentista Adalberto Meneses Rivas dio a conocer a los medios de comunicación su 'museo de huesos' ante el asombro de una ciudadanía que se aterrorizó al respecto. Desde ese momento, el odontólogo fue llamado el 'Doctor Muerte' por su compulsivo hábito.
El dentista llegó a coleccionar 600 calaveras en su domicilio y su esposa tuvo que llamar a la Policía para que detengan a su marido, ya que no era posible controlar su cuestionable costumbre. Éste siempre afirmaba que los restos óseos eran obsequios que sus alumnos le hacían cuando se acababa el ciclo universitario.
Asimismo, contó a un medio capitalino cuándo es que inició con este hábito que a muchos les causaría espanto. Subrayó que esta rutina inició cuando era estudiante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tenía que buscarse la forma para encontrar piezas óseas para sus estudios.
“Todo estudiante de la carrera médica, cuando yo estudiaba odontología en este caso, se lleva el curso de anatomía humana, para lo cual uno de los primeros capítulos es el estudio de los huesos. Entonces, uno tiene que buscarse de alguna forma de obtener los huesos”, manifestó en su momento.
"Quisiera ser una lámpara"
La excéntrica personalidad del 'Doctor Muerte' llevó a que elabore objetos utilitarios con los restos óseos que coleccionaba en su vivienda. Elaboraba tableros de ajedrez, floreros, vasijas de cráneos humanos con inscripciones que decían "el pisco es peruano", bancos, mesas de noche, portahuevos, etc.
“Me gustaría por ejemplo que sea una lámpara, una mesa de noche. Siempre que mis huesos serían muy útiles”, confesó. Nunca la Policía Nacional pudo comprobar que las calaveras tenían una procedencia de hechos delictivos. El dentista siempre argumentó que eran obsequios de sus estudiantes de la Universidad Inca Garcilaso de La Vega.
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