Mario Poggi: la historia del psicólogo que mató al "descuartizador de Lima"
Conoce la verdadera historia de Mario Poggi, el psicólogo que ahorcó a Ángel Díaz Balbín, sujeto que fue acusado de descuartizar a 20 mujeres.
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Mario Poggi, fue psicólogo, escultor, arquitecto, politólogo y criminólogo. También fue el “loco del parque” el sujeto que acabó con la vida de Ángel Díaz Balbín, el llamado “descuartizador de Lima”. Su figura fue, por mucho tiempo, parte de las leyendas urbanas de la ciudad y un ícono de la cultura popular.
En una ocasión, su sobrina aseguró que el lugar favorito de Poggi fue el banco del Parque Kennedy, estacionado en el corazón del barrio Miraflores. “Me gustaba venir a hablar con él. Siempre fue muy misterioso y tuvo dos versiones de esa historia. Cuando estaba bien, me dijo que él no lo había hecho, sino que había sido culpado por la policía. Tiempo después, me dijo que sí lo había asesinado”, mencionó Melissa Poggi.
La historia de Poggi
Antes de ser el “loco del parque” y el “psicoanalista de los colores”, Mario Augusto Poggi Estremadoyro, fue un profesional que estudió en Europa, se graduó en Criminología en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica y trabajó como catedrático en la desaparecida Policía de Investigaciones del Perú (PIP).
El día 26 de febrero del 2016, falleció en el hospital Casimiro Ulloa, a sus 73 años, tras dos paros cardíacos. Fue velado en Miraflores y su imagen quedó como grabado en la cultura popular.
“Murió como un linyera ilustrado, artesano, escultor, periodista, escritor, hablador de cuatro idiomas, un loco histriónico que se había escondido en las profundidades de la selva Ucayali luego de pugnar su pena y que regresó convocado por el fervor mediático para enseñar sus encantos como “arlequín melancólico” -la descripción que el periodista peruano Manuel María Orbegozo firmó en la revista En Lima-.
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El descuartizador de Lima
Entre diciembre del 85° y enero del 86° aparecieron en diferentes puntos de la capital cuerpos desmembrados dentro de una bolsa negra. La mayoría de las víctimas eran mujeres prostitutas.
De acuerdo con la PNP, en total se hallaron 20 cuerpos. Lo difícil del caso es que la mayoría de las víctimas no eran buscadas por sus familiares y que normalmente desaparecían durante la noche y aparecían descuartizadas muy cerca de basurales.
Solo dos mujeres fueron testigos del caso. Una de ellas era trabajadora sexual que vio a un hombre barbudo con tez morena y corpulento. La otra, una mujer humilde que vio a un hombre de las mismas características dejar una bolsa negra en el lugar donde se halló al primer desmembrado.
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Tras ello, la policía sospechaba que el asesino en sería un estudiante de medicina, un carnicero o alguien que usara muy bien la sierra, esto debido a que todos los cuerpos habían sido cortados con este instrumento.
Con esos detallas Alfonso Díaz Vela, psicólogo del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), descubrió que la aparición de los restos de al menos veinte víctimas mujeres coincidía con las salidas vigiladas de un recluso llamado Ángel Antonio Díaz Balbín.
Este sujeto era llamado “el vampiro de Breña”, esto debido a que en 1976 asesinó su tía Genoveva Días y a dos de sus primos menores de edad, además de haber asesinado a la italiana Nina Barzotti, por todo ello, a Díaz Balbín lo condenaron a 25 años de cárcel, sin embargo, por buena conducta gozó de salidas transitorias para estudiar o trabajar.
Más tarde, el conocido periodista de policiales Jorge “Negro” Salazar reflexionaba. “Nada de esto hubiera pasado si a Balbín, cuando mató de una cuchillada en el corazón a la única persona que le dio cariño, su tía Genoveva y a sus dos primos, lo hubiesen recluido en un manicomio de por vida. Pero la justicia se equivocó y lo condenó a veinte años en un penal”, extraído de un extracto del diario Trome.
Tras la coincidencia la policía detuvo Ángel Antonio Díaz Balbín y la prensa lo llamó el “descuartizador de Lima”. Solo que faltaba la confesión para condenarlo de por vida.
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Para ello llamaron a Poggi. El comandante Víctor Cueto Candela, jefe de la División de Homicidios, lo convocó debido a que el psicólogo fue catedrático en la Escuela de Oficiales de la PIP entre 1981 y 1982.
Su misión era hace confesar a Ángel Antonio Díaz Balbín, pero no fue una tarea fácil. Poggi venía de problemas económicos, busca un reconocimiento y dejar plasmado su nombre en la historia. Quería ser recordado como el hombre que logró hacer confesar al monstruo.
Pero, pese todas técnicas, de quitarle la comida, mostrándole fotografías de los cuerpos desmembrados, hacerlo caminar desnudo, apuntarle con un arma y hasta hacerlo rezar, no logró que Ángel Antonio Díaz Balbín, un hombre que por momentos era catatónico, confesara su crimen.
El tiempo se acaba y Poggi solo tenía dos días para tratar a Ángel Antonio Díaz Balbín. El sábado 8 de febrero de 1986 el psicólogo intentó mostrarle imágenes de descuartizamientos, pero no pudo hacerlo confesar.
Para el domingo 86°, paso lo menos inesperado. En el cuarto de interrogatorios de la PIP, Poggi ahorcó a Díaz Balbín con su correa. La grabación quedó prendida por unos momentos y escuchó lo siguiente: “¡Así, no te muevas, no te muevas! ¡No te muevas, asesino! ¡Asesino, asesino! ¡Ya no matarás a nadie asesino! ¡Maldito!”. El relato fue publicado al año siguiente en el libro Poggi: la verdad del caso escrito por Jorge Salazar.
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Finalmente, Poggi apareció en la puerta llorando mientras que el cuerpo de Ángel Antonio Díaz Balbín yacía en el suelo. El psicólogo fue condenado a doce años de prisión por la Corte Suprema de Justicia. Solo estuvo cinco años preso en el penal de San Jorge. En 1991 fue beneficiado por la ley de despenalización y hasta 1998 solo tenía que firmar en la comisaría.
Durante una entrevista al Comercio, Poggi dijo lo siguiente: “Soy un héroe, los salvé de un monstruo”. De acuerdo con la prensa, tras la captura de Díaz Balbín dejaron de cesar los asesinatos.
Periodista especializado en temas policiales y políticos. Graduado de la Universinad Nacional Federico Villarreal. Redactor y coordinador en El Popular. Interesado en temas policiales, política y actualidad.