Alianza Lima cumple 120 años y el ‘loco’ Enrique recuerda su paso por Matute

Le decían Loco por su temperamento y su garra. Carlos Enrique, quien vistió y dejó huella con la camiseta blanquiazul entre 1994 y 1995, saludó a Alianza Lima por su 120 aniversario y recordó su paso por Matute.

El ex lateral argentino le deseó suerte a Carlos Bustos, con quien jugó en River Plate, en la intención por retornar al cuadro victoriano a Primera.

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Alianza cumple 120 años, ¿qué recuerda de su paso por el club victoriano?

Felices 120 años, Alianza. Sento felicidad de haber jugado en el club más grande del Perú. En poco tiempo me gané el respeto y admiración de los hinchas. Fui a hacer lo mejor de mi trabajo, como debe hacer un deportista. 

¿Qué siente que los hinchas lo recuerden aún?

Sé que dejé huella. El público me hizo sentir un peruano más, son mis hermanos. Me manejé con mi verdad. Algún día volveré para reencontrarme con algún compañero o amigo como el Churre Hinostroza o Pancho Pizarro.

¿Cuál fue su reacción al enterarse del descenso de Alianza?

Me quería morir cuando me enteré del descenso de Alianza. Mi hijo me avisó y no lo podía creer. “Qué va, si es el más grande del Perú”, le dije. Me dolió mucho, me preguntaba cómo puede ser que con la gente que tiene, la estructura se haya ido a la B y pasó como River porque se hicieron mal las cosas.

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Un conocido suyo es el nuevo entrenador de Alianza.

Carlitos Bustos, un tipazo, jugué con el River y con su hermano Fabián en Lanús. Le deseo lo mejor, ojalá salga campeón y logre el ascenso.

¿Qué imagen se le viene a la mente?

Nunca me voy a olvidar en la presentación del equipo la ovación de todo el estadio, se me puso la piel de gallina. Era un momento lindo para que lo vean mis hijos y mi esposa, pero estaba solo. En River sentí ovación, pero eso me tocó el alma.

¿Le costó la adaptación en Alianza, pues venía de jugar en Independiente (campeón de la Libertadores e Intercontinental en 1984), River, la selección argentina (campeón Copa América 1991)?

Hubo un choque hasta que me empezaron a conocer. Peleé por el grupo para que mejoren los premios porque siempre voy a defender a mis compañeros a morir. Venía con una jerarquía que me respaldaba, quería demostrar y ser como ellos.

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LE QUEDARON DEBIENDO

¿Algo curioso que recuerde?

Se jugaba los sábados y los jugadores estaban acostumbrados a entrenar los lunes por la tarde. Hablé con el presidente para cambiar eso, pues por algo son profesionales, sino que se dediquen a trabajar en otra cosa.

¿Su salida de Alianza fue por su reacción contra Iván Brzic cuando lo cambió en un partido ante Sipesa?

Eso fue una excusa para sacarme. Ese partido con Sipesa jugué con dos dedos suturados y fuimos un desastre. Qué jugador quiere salir cuando estás perdiendo y más con mi temperamento. Buscaron la vuelta con la falta de respeto. El que no putea en la cancha que se dedique a otra cosa. Esa fue la excusa para sacarme alegando tema de indisciplina y me debían cuatro cuotas que nunca me lo pagaron.

¿Qué le diría a Pío Dávila, presidente de Alianza en esa época, si se lo encontrara?

¿Qué me pague? Si ya se le habrán cobrado ese dinero. Que Dios lo bendiga.

¿Por qué dejó de dirigir, tras trabajar con varios clubes en el ascenso del fútbol argentino?

No trabajo acá porque no me arrodillo ni lo haré ante el poder. Acá hay un empresario que maneja todo el fútbol, tiene como 50 técnicos, mil jugadores, hay un negociado que mata el fútbol.

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¿Un sueño es llegar a dirigir algún día a Alianza?

Me gustaría algún día dirigir Alianza. Mi plantel sería como cuando era jugador, es decir, sin renunciar a nada y explotando a cada integrante del plantel, el resto es chamullo porque el fútbol siempre va ser el mismo.

¿Qué les diría a los hinchas aliancistas?

Gracias. Los llevo en mi corazón y le deseo lo mejor de los éxitos y algún día nos vamos a reencontrar. ¡Feliz cumpleaños y arriba Alianza!