McDonald’s reconoce que dispensador de gaseosas presentaba “problemas de corriente”

Arcos Dorados, la compañía a cargo de la franquicia de McDonald's, reconoció que hubo “problemas de corriente” en su local ubicado en Pueblo Libre, donde la madrugada del domingo pasado murieron dos jóvenes de 19 y 18 años.

Al respecto, señalaron que la muerte de los trabajadores Carlos Gabriel Campos Zapata y Alexandra Antonella Porras Inga se produjo debido a que una de las máquinas presentaba una fuga de corriente eléctrica. Manifestaron, además, que se tenía conocimiento del desperfecto 24 horas antes del accidente, sin embargo, dicha información no llegó hasta las áreas correspondientes.

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“Hemos podido definir que por lo menos 24 horas antes ya se sabía que la máquina estaba presentando problemas y esa comunicación no escaló… se debió comunicar a la persona responsable del área de mantenimiento para que intervenga inmediatamente la máquina”, señaló José Carlos Andrade, director general de Arcos Dorados.

"Lamentablemente nuestros procesos, nuestros protocolos, nuestros canales de comunicación fallaron, esto es lo que generó este terrible accidente y ahora venimos para reconocer que hubo ese accidente y asumir de alguna manera lo que requiera este caso", continuó diciendo.

Con relación a la denuncia hecha por los padres de las víctimas, donde señalan que una posible exposición a cables pelados causó la muerte de los jóvenes, el abogado de la empresa, Claudio Cajina, respondió negando estas afirmaciones y adujo que este accidente se dio debido a "una manguera con recubrimiento".

“Estas versiones de (que había) cables pelados responden a una manipulación que se habría generado en el proceso posterior. La transmisión de esta corriente pasa por una manguera cubierta (…) Al momento del accidente no había cables pelados”, añadió.

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También se refirió a las acusaciones que sostienen que miembros de la empresa no dejaron ingresar a las autoridades al lugar donde se produjo la tragedia, sobre esto, Cajina manifestó que fueron ellos los que avisaron a la Policía Nacional, pero se “demoraron más o menos 20 a 25 minutos en llegar”.