Sergio Ramos: un testimonio de vida y su labor humanitaria en UNICEF

El jugador del Real Madrid, Sergio Ramos estuvo en la golpeada Piura y brinda un testimonio de vida y su labor de la UNICEF

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Sergio Ramos, uno de los más grandes futbolistas del mundo, se alejó 48 horas de las canchas de fútbol para visitar Piura, la región peruana más golpeada por El Niño Costero, y el escenario donde miles de niñas y niños están jugando un duro partido para sobrevivir sin casa, y con dificultades para acceder a agua segura y alimentos.

 

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- Sergio, tú eres lo que en Perú llamamos un chico de barrio. Alguien que se formó jugando fuera de casa con los amigos que eran vecinos. ¿Qué aprendiste jugando en la calle?

 

- Yo empecé jugando al fútbol en una plazoleta, con árboles y piedras haciendo de portería, y después un “campito” que acondicionamos los niños del barrio en un descampado. Fueron años muy felices, de disfrutar jugando y de aprender que el fútbol es compartir, es trabajo en equipo y en equipo hay que aprender a salir adelante.

 

-  Los niños de hoy son muy distintos a los de la  generación de sus padres y abuelos. Cada vez son menos quienes salen a jugar a las calles y más los que dedican más horas a los videojuegos y la televisión. ¿Qué hacer ante esta realidad?

 

- Todos tenemos la responsabilidad de que nuestros niños jueguen y hagan deporte. Ambas cosas son muy importantes en la infancia y la educación de un niño. Hay que fomentar el deporte como una parte más de la etapa escolar y nosotros, los padres, inculcar a los niños lo divertido que es hacer deporte y jugar con ellos.

 

- Lo que no ha cambiado es que la gran mayoría de niños y adolescentes sueñan con ser estrellas de fútbol. Pero la realidad es que muy pocos lo logran. Para los padres puede resultar preocupante que un hijo les diga “quiero ser futbolista”. ¿Cómo fue en tu caso? ¿Qué papel cumplieron tus padres en tu éxito?

 

- Lo he dicho muchas veces: sin mis padres y sin mi familia no habría conseguido nunca todo lo que he logrado. Se han desvivido siempre por mí, pendientes de llevarme y traerme de los entrenamientos, de cuándo jugaba, de aguantarme cuando perdía… Me han apoyado siempre y son parte fundamental de mi carrera.

 

-  A los 12 años, la prensa ya empezaba a hablar de ti, de tu potencial. Esta situación ¿te cambió la vida? ¿Crees que esos reflectores te hicieron dejar de lado algo que hoy te hubiera gustado vivir?

 

- No, para nada, mi familia me ha ayudado a tener siempre los pies en la tierra. Es cierto que el sacrificio para llegar a ser futbolista es importante y te tienes que cuidar, ir a jugar los fines de semana y a entrenar todos los días, vigilar la alimentación y el sueño. Es verdad que vives una infancia diferente, pero a cambio tengo muchas experiencias y recuerdos jugando al fútbol y disfrutando de niño.

 

Es hombre de sacrificio

 

- Las niñas también están tomando las canchas de fútbol, las tribunas de los estadios, la prensa deportiva. ¿Qué oportunidades y desafíos trae esta incursión?

 

- El fútbol femenino, por suerte, está creciendo mucho y es una gran noticia que cada vez haya más chicas jugando y soñando con ser futbolistas. La Selección española, por ejemplo, es cada vez más fuerte. La verdad es que en España tenemos unas deportistas extraordinarias y el fútbol no iba a ser menos.

 

- A tus 31 años eres un hombre de éxito. Mirando en retrospectiva que tuviste en la vida que te ha permitido llegar a ser quién eres.

 

-Diría dos cosas. En primer lugar, trabajar duro, sacrificarme y seguir adelante tras cada obstáculo. Hay una frase que me gusta y que suelo decir: cuanto más trabajo, más suerte tengo. Y en segundo lugar, sin duda, el apoyo de mi familia. Siempre han estado ahí y les debo buena parte de todo lo que he conseguido.

 

-  ¿Qué se siente tener 31 años y ser el ídolo de millones de niños alrededor del mundo?

Pues una alegría enorme y un motivo de orgullo, por supuesto, pero también mucha responsabilidad. Siempre he tenido una gran sensibilidad hacia los niños y la verdad es que es increíble el cariño y el apoyo que me transmiten.

 

Trabajo UNICEF

-  ¿Qué ha significado para Sergio Ramos convertirse en Embajador de UNICEF? ¿Cuál es la experiencia con UNICEF que más te ha impactado?

- Ser Embajador de UNICEF es ayudar a conseguir resultados reales que cambian la vida de los niños. Esos resultados, esas vidas cambiadas, esas sonrisas, no serían posibles sin la ayuda de todos. La verdad es que UNICEF hace un trabajo espectacular en más de 150 países del mundo.

 

De entre las acciones en las que me he involucrado, destacaría los viajes a terreno. Estuve en Senegal y en Cuba, y este año en Perú. Ver con tus propios ojos ese trabajo, compartir momentos especiales con los niños y sus familias, jugar con ellos… es comprender, de verdad, la enorme labor que se realiza y lo necesario que es conseguir fondos para que todos esos proyectos sigan adelante. Además, es precioso ver también el compromiso de los trabajadores de UNICEF en países en los que es muy duro vivir.

 

-  ¿Cómo ha influido en tu rol de padre ser un embajador de UNICEF?

- A mis hijos les puedo transmitir de primera mano que hay muchos niños en el mundo que viven situaciones terribles pero que existen personas y organizaciones como UNICEF que dedican su vida a ayudarles. Nosotros tenemos el deber de apoyar a estas organizaciones e involucrarnos en sus proyectos todo lo que podamos.

Desterrar la violencia

- En los últimos tiempos el fútbol se ha convertido en sinónimo de violencia. ¿Qué hacer para cambiar esta situación?

- No creo que el fútbol sea sinónimo de violencia. Al contrario, es sinónimo de diversión, de esfuerzo, de valores deportivos. Es verdad que suceden episodios violentos en el fútbol que nos apenan y avergüenzan, y que tenemos que tratar de erradicar entre todos. Educar a los niños en valores, en deportividad, en respeto al contrario, es un primer paso obligatorio.

-  ¿Si tuvieras el poder de cambiar el mundo, qué cambiarías?

Sin lugar a dudas, eliminaría la situación de necesidad y de emergencia que viven muchos niños en diversas partes del mundo. Los niños son especialmente vulnerables, todos ellos merecen vivir y disfrutar su infancia y no preocuparse más que de ser niños. (Cortesia: Fotos y textos UNICEF)

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