Carlos Orejuela: “Quiero ser campeón con Cienciano y me retiro”

José Carlos Sotomayor y Víctor Arrunátegui Acosta

 CUSCO. Tiene 34 años, pero el empuje y las ganas que impone en cada una de sus jugadas parece un jovencito de 20 años. 

Algunos lo llaman “Calavera”, otros “flaco”, “Alí” o “pirata”, quizás la última de ellas, “pirata”, es la que más se adecúe porque es un goleador que navega sin licencia y se dedica a “asaltar” las áreas rivales marcando goles de distinta factura.

Por tercera vez Carlos Orejuela llegó a Cienciano y piensa al final de año levantar el título de campeón y también quizás marque su despedida de las canchas. Ya lo tiene pensado.

Ha tenido la “suerte”, si se podría decir, de haber  vestido las camisetas de los llamados equipos grandes de la capital: Universitario, Alianza, Cristal y Boys.

Sus goles tienen una sola dedicatoria para su hija Ana Paula.

—“El goleador, el goleador” grita la hinchada cusqueña. ¿Piensas que a fin de temporada te ves como máximo artillero del torneo?

—No voy a negar que como todo delantero uno quiere ser el goleador y estar celebrando en el arco rival, pero eso no me mata o me quita el sueño.

—¿Entonces en qué cosa está puesta tu mirada?

—Para mí lo más importante es hacer historia aquí (fue campeón del torneo Apertura 2005). Porque si a fin de año por diversas circunstancias me retiro, quiero dejar algo en este equipo y que mi paso no sea olvidado.

—Quizás antes de tu retiro en ti hay una espina de ser el máximo artillero, ya que estuviste muy cerca con otros equipos...

—Es verdad, en varias ocasiones estuve en el pelotón de los primeros lugares. Si esta vez llega, bienvenido, pero lo más importante para mí es que el equipo logre títulos tal como lo hice en mis anteriores clubes. Yo no me obsesiono con ser goleador, si fuese así le hubiese quitado la pelota a Edson Uribe y  pateaba y podía haber metido mi tercer gol.

—Se te nota mucho entusiasmo con el proyecto Cienciano...

—Es que aquí lo más importante es que me siento cómodo. Los dirigentes y el comando técnico estamos centrados en un solo objetivo: llevar al Cienciano al sitial que se merece.

—Hoy es el día de los enamorados, ¿hay “amor” con la Furia Roja?

—Nos gustó mucho el apoyo de la gente en el partido con Melgar. Solo les digo que tienen que entender que nosotros nunca vamos a salir a perder, sino a dar lo mejor. Que no sean como otras barras, que nos alienten desde el primer minuto hasta el último. Y al final podamos celebrar todos juntos. Para mí es una especie de revancha personal, porque es la tercer vez que me pongo la camiseta roja y tengo que dar lo mejor.

TODO UN GANADOR

—Has tenido la suerte de jugar en los grandes como Universitario, Alianza, Cristal y Boys, ¿qué reflexión te deja?

—Siempre ha sido mi entrega, por eso que en la “U” y Cristal estuve en más de una oportunidad.

—Todos saben de tu hinchaje por la “U”...

—Era de la “U”, pero ahora soy hincha del fútbol más que todo. Equipo donde estoy pongo todo.

—Tus goles tienen mucho sentimiento, miras el cielo y haces siempre un corazón y mandas besos a las tribunas...

—A mi padre (fallecido), a mi mamá, mi familia y mi hija Ana Paula que me acompañó en la goleada ante Melgar.

—¿Qué te motivó para incursionar en el fútbol?

—Yo era un muchacho que le gustaba ir al estadio y vibrar con el equipo del que era hincha. Quería jugar profesionalmente y gracias a Dios pude cumplir ese sueño.

—¿Tu familia siempre te apoyó?

—Mi madre se oponía en un comienzo, pero mi padre era quien me enseñaba algunos secretos del juego, luego falleció. Y luego seguí. Ahora todos festejan mis triunfos y me apoyan en las derrotas.   

FIESTA EN SAN MARTÍN

Lleva anotado dos goles, pero mañana espera anotarle un par a la San Martín para no despegarse del actual artillero Lionard Pajoy del Comercio que tiene cuatro. “Hay que seguir jugando con la misma dinámica y que el estadio luzca con gran cantidad de hinchas, eso levanta el ánimo”, finalizó.