Influencer renuncia a su primer día de trabajo por su gato y causa polémica en redes sociales

En estos tiempos es una labor complicada conseguir un empleo, es por esa razón que, cuando se logra conseguir uno, se hace lo posible por no cometer ningún error, en especial el primer día de trabajo. El influencer de Estados Unidos, Jordan Howlett, que cuenta con más de 11 millones de seguidores en la plataforma TikTok, contó la historia de cómo renunció a un trabajo de oficina a tan solo 47 minutos después de empezar el primer día. 

El joven que vive en California, Estados Unidos, pasó por tres entrevistas de trabajos para poder conseguir un empleo, lo que demuestra cómo se encuentra el mercado laboral en la actualidad.

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Renuncia en su primer día de trabajo

Jordan Howlett llegó a su oficina, a tan solo 30 minutos después de registrar su asistecia a las 12 del mediodía, un supervisor le dio la bienvenida. En esa conversación el tono cambió al momento que el hombre vio pelos de gato en la ropa de Howlett y le preguntó si tenía un gato.

El joven respondio de manera afirmativa: "Sí, se llama Harvey", esto provocó una inesperada reacción en el encargado: “En algún momento vas a tener que elegir entre el trabajo y tu gato porque mis alergias son demasiado fuertes como para tener pelos de gato a mi alrededor”.

Ante este sorprendente comentario, el influencer respondió: “¿Me estás pidiendo que elija entre Harvey o este trabajo?”. El supervisor confirmó su postura, por lo que Howlett tomó una decisión que no todos hacen, ya que se necesita de mucho coraje.

Ese mismo día, a las 12:47 p.m. Jordan Howlett renunció a su trabajo, indicando: “Cogí mis cosas, me fui de la empresa y no volví más. Harvey y yo somos un ‘equipo’, estamos muy unidos”. Esta historia se hizo viral en las redes sociales y provocó un gran debate acerca de dónde terminan los límites entre el trabajo y la vida personal.

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Reacciones en las redes sociales

En TikTok se encontraron diversas reacciones. Algunos usuarios elogiaron la decisión de Howlett, quienes argumentaron que ninguna persona debería verse obligado a elegir entre su mascota y su empleo. Entre tanto, otros le sugirieron que la alergia del supervisor del trabajo fue solo la “primera señal de alarma” y, además, indicaron que la renuncia fue una acción justificada.