Tratar a las mascotas como hijos provocaría trastornos mentales, según estudio

Le compras ropa, duerme contigo, lo retas, lo felicitas, juegas con él. Sí, tener una mascota es casi lo mismo que tener un hijo, es por ello que tiene que tener todos los cuidados posibles, y sobretodo mucho amor.

Sin embargo, esta relación tan cercana con los animales puede significar un trastorno mental, según estudios.

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Expertos aseguran que cuando uno “invierte” tanto en una mascota provoca que los humanos comiencen a generar grandes expectativas en el perro o en el gato.

De acuerdo a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, el tratar a los animales como a hijos humanos, causa que las criaturas se vuelvan sumamente dependientes y esto puede ser perjudicial para ellas.

Es decir, puede que cuando el humano no esté en la casa, el animal se sienta ansioso y pueda sufrir ataques de pánico, orine en cualquier parte y destruya objetos y muebles.

Estudios indican además que perros y gatos no son tan “inocentes” como parecen, y son conscientes de la relación costo-beneficio de comportarse mal. Saben que cuando incurren en algún comportamiento de ese estilo, pueden llamar la atención y obtener algún beneficio de los dueños.

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Por otro lado, un experto señala que introducir a un animal a un esquema que no es parte de su esencia "afecta su perspectiva y es incapaz de procrear" porque no reconoce a los miembros de su especie como sus pares.