Gobierno de EE. UU. da marcha atrás y devuelve la esperanza a cientos de trabajadores recontratados

Cientos de trabajadores federales que habían sido despedidos como parte de la estrategia de recortes impulsada por Elon Musk están siendo convocados nuevamente para reincorporarse. La Administración General de Servicios (GSA, por sus siglas en inglés) envió un aviso otorgándoles hasta finales de semana para decidir si regresan, según un memorando interno citado por Associated Press.

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Los empleados que acepten deberán presentarse el 6 de octubre, tras más de siete meses sin acudir a sus oficinas, periodo en el que siguieron recibiendo su salario. Durante ese tiempo, la GSA afrontó elevados costos para mantener decenas de edificios cuyos contratos de arrendamiento se habían planeado cancelar, pero terminaron prolongándose, lo que generó gastos adicionales para los contribuyentes.

Caos tras los recortes de personal

Según exfuncionarios, la agencia quedó debilitada y sin el personal necesario para operar con normalidad. Chad Becker, experto en bienes raíces y exempleado de la GSA, describió que la institución ha estado en "modo de triaje" durante meses. A su juicio, el DOGE —Departamento de Eficiencia Gubernamental creado por Musk— aplicó medidas demasiado drásticas y aceleradas, dejando a la GSA incapaz de cumplir funciones básicas.

El proceso de reincorporación no se limita a esta agencia. Otras dependencias federales también han readmitido personal tras los recortes del DOGE. El IRS permitió a algunos trabajadores mantener sus puestos pese a haber aceptado paquetes de retiro, el Departamento de Trabajo reincorporó a empleados indemnizados y el Servicio de Parques Nacionales devolvió plazas que habían sido eliminadas en una primera ronda de despidos.

Críticas y costo político de la estrategia

El DOGE apuntaba a reducir drásticamente el tamaño del gobierno, pero sus planes para cancelar miles de arrendamientos y vender propiedades federales fracasaron en gran medida. Más de 480 contratos de alquiler que se iban a rescindir fueron rescatados, y las estimaciones de ahorro cayeron de 460 millones a apenas 140 millones de dólares. Mientras tanto, la GSA llegó a reducir en casi 80% su personal en la sede central, con consecuencias operativas graves.

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Los legisladores demócratas cuestionan que los recortes hayan generado algún beneficio real. El congresista Greg Stanton denunció que, lejos de ahorrar recursos, la política produjo "costosa confusión" y debilitó servicios de los que dependen los contribuyentes. A su vez, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) inició una auditoría para evaluar los despidos, la gestión de arrendamientos y la venta de inmuebles, con un informe previsto para los próximos meses.