Fue adoptado por familia de bajos recursos cuando era bebé y hoy es todo un empresario: les compró mansión

Detrás de cada persona exitosa hay una madre y un padre que se sacrificaron por sus hijos para que nunca les faltara nada y puedan cumplir sus sueños. A veces ese esfuerzo es recompensado y ese fue el caso Jayvee Lazaro.

El hombre, que ahora es un exitoso empresario en Filipinas, contó su humilde infancia al lado de sus padres Nanay y Tatay, quienes lo adoptaron cuando solo tenía tres meses de nacido a pesar que no contaban con la posibilidades económicas para cuidarlo a él y a sus dos hermanos.

"La vida fue muy difícil. Tenía que estar trabajando como estudiante, y estábamos felices de que Na pudiera hacer 2 comidas al día. Además de eso, vivíamos en un apartamento de 20 metros cuadrados, recordó Jayvee sobre su humilde infancia.

Sus progenitores eran vendedores ambulantes en la ciudad filipina de Bucaue y el poco dinero que tenían provocaba que en su vivienda no hubiera ni luz ni agua.

Pese a la difícil situación, "nunca fue un impedimento para vivir rodeado de amor" y gracias al apoyo incondicional de sus humildes padres adoptivos se convirtió en todo un profesional.  

Ayudó a sus padres

Desde pequeño tuvo que ayudar a su familia y fue “vendedor ambulante, ayudante de cocina y hasta vendedor de petardos”, según informó el medio argentino El Clarín.

Sin embargo, a sus 24 años, apostó en grande y se presentó a la sucursal de la agencia de seguros Sun Life, donde postuló a un trabajo como vendedor y después de cinco años logró el puesto más alto en la empresa.

"Me comprometí con el desarrollo personal y profesional los 7 días de la semana desde el primer momento", contó al medio filipino Josiahgo. El hombre ahora dedica parte de su tiempo en cumplir el sueño de su familia: una casa propia. Además, los engríe llevándolos de viaje a Australia, Nueva Zelanda o Dubai.

Les regaló una mansión

El cariño y amor que le dieron sus padres a pesar de no contar con suficientes recursos quedó marcado en el corazón de Jayvee Lazaro, quien decidió recompensar a sus progenitores adoptivos con una inmensa vivienda de tres pisos y siete habitaciones.

"Cuando Nanay y Tatay me adoptaron, no llevábamos una buena vida. Nanay es vendedora, Tatay es porteador. Ahora que tengo la oportunidad de devolverles algo de lo que me dieron, me voy a asegurar de que vivan sus sueños, más de lo que podrían imaginar", declaró a un medio local de Filipinas.

Cabe resaltar que la residencia está totalmente amueblada con todos los objetos materiales que sus padres puedan necesitar. "Pagué la casa en efectivo y fue construida en un año. Tiene 7 habitaciones, y no trajimos nada del lugar anterior, excepto el televisor que compré para mi familia como regalo de Navidad ", sentenció.