Argentina: adulta mayor de 88 años que rechazó dos veces la vacuna falleció tras contagiarse de COVID-19

El coronavirus ha cobrado una nueva víctima en Argentina. Se trata de Lucía Ignacia Basigaluzo, una mujer de 88 años que rechazó hasta en dos oportunidades la vacuna y falleció de COVID-19 tras contagiarse de la letal enfermedad.

Según declaró la nieta de Lucía a Infobae, su abuela había estado internada por neumonía y sabían que si se contagiaba de COVID-19 podía agravarse su salud, por ello le pidieron que se vacunara para evitar que tenga complicaciones por la enfermedad.   

No obstante, la mujer de la tercera edad no quería vacunarse contra la COVID-19, pues estaba segura que no le iba a pasar nada malo. Pese a las advertencias de su familia, ella no quiso inmunizarse durante la campaña de vacunación en Argentina.

“Cuando salió la campaña de vacunación, mis abuelos estaban muy indecisos y no se inscribieron.  Mi abuela no creía en la vacuna y pensaba que no le iba a hacer efecto. Yo le advertí que si le agarraba COVID-19 podía morir, pero me decía que no tenía miedo”, contó su nieta.

Lucía, de origen uruguayo, llegó a Argentina para trabajar como enfermera en un hospital de Buenos Aires, ciudad donde formó una familia junto a su esposo Luis Jorge Lemes (86) y sus cuatro hijos.

Con el inicio de la pandemia, su esposo y ella tomaron las precauciones necesarias para no contagiarse de la COVID-19. Sin embargo, ambos habían logrado cumplir su sueño de mudarse a una casa más gran y empezaron a recibir visitas.

 “Estuvieron más de un año sin salir. Se cuidaban muchísimo. El 1 de mayo mis tíos los fueron a visitar y terminaron todos contagiados de coronavirus”, indicó. Ninguno de los dos se había vacunado y tuvieron que ser internados de emergencia.

“Primero, internaron a mi abuelo y a los cuatro días a mi abuela en el mismo hospital. Mi abuela no podía estar sola -porque era obesa y no podía moverse- y mi abuelo ya no podía ayudarla porque estaba enfermo”, añadió.

El esposo de Lucía logró ser dado de alta el pasado 24 de mayo, pero su mujer corrió la misma suerte y los doctores habían advertido que el cuadro era muy “comprometido” por la COVID-19. Al día siguiente, la familia recibió la trágica noticia de su deceso.

“Sé que mi abuela era grande para tomar la decisión de no vacunarse, pero yo sabía que esto era una cuestión de vida o muerte. Siento que, si se hubiera vacunado, otra habría sido la historia”, lamentó.

Cabe resaltar que la familia vive una gran tristeza tras la pérdida de Lucía, sobre todo su esposo, con quien estuvo casado por 65 años. “Está muy triste y con mucha angustia. Cuando mi abuela estaba mal, nos decía que si salvaba la iba a cuidar hasta el último minuto de su vida. Se tenían un amor que no tenía límites”, concluyó.