Alimentos del futuro: científicos proponen cultivar gusanos para combatir la desnutrición
La propuesta tiene por fin proteger nuestro suministro de alimentos y combatir la desnutrición frente al cambio climático, las plagas, y las nuevas enfermedades.
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Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, aseguran que, en futuro, los humanos se verán obligados a comer gusanos y otros 'superalimentos' poco convencionales para evitar la desnutrición.
En el estudio, publicado en la revista Nature Food el jueves 13 de mayo, los especialistas explican que la comida de origen vegetal, como el arroz, las frutas y verduras, y los alimentos de origen animal como la carne, el pescado y los huevos, se ven afectados ante los cambios climáticos, las plagas, y las nuevas enfermedades.
“Nuestro sistema alimentario actual es vulnerable. Está expuesto a una letanía de riesgos: inundaciones y heladas, sequías y períodos de sequía, patógenos y parásitos, cuyas mejoras marginales en la productividad no cambiarán”, dijo el autor principal del estudio, el doctor Asaf Tzachor, del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge.
Asimismo, afirman que la desnutrición global podría erradicarse cultivando alimentos como la espirulina, la clorella, las larvas de insectos como la mosca doméstica, la micoproteína (proteína derivada de los hongos) y las macroalgas como el kelp de azúcar.
La producción de estos 'alimentos del futuro' podría cambiar la forma en que operan los sistemas alimentarios. Se pueden cultivar a escala en sistemas modulares y compactos adecuados para entornos urbanos y comunidades aisladas como las de islas remotas.
“Las algas azucareras, las moscas, el gusano de la harina y las algas unicelulares como la chlorella, tienen el potencial de proporcionar dietas saludables y resistentes al riesgo que pueden abordar la desnutrición en todo el mundo", agregó Tzachor.
El informe argumenta que es peligroso depender de los alimentos producidos a través de los sistemas agrícolas y de suministro convencionales, que corren el riesgo de sufrir graves trastornos debido a una variedad de factores que escapan al control humano.
La pandemia de COVID-19 destacó esta vulnerabilidad: las restricciones impuestas por el gobierno a los viajes interrumpieron la producción de alimentos y las cadenas de suministro en todo el mundo.
Paralelamente, los desafíos ambientales como los incendios forestales y sequías en América del Norte, brotes de peste porcina africana en Asia y Europa y enjambres de langostas en África oriental. Se prevé que el cambio climático agravará estas amenazas.
La carga de la desnutrición es posiblemente la crisis humanitaria más persistente: 2 mil millones de personas experimentan inseguridad alimentaria, incluidas más de 690 millones de personas desnutridas y 340 millones de niños que sufren deficiencias de micronutrientes.
Los investigadores dicen que las reservas sobre comer nuevos alimentos como los insectos podrían superarse usándolos como ingredientes en lugar de comerlos enteros: la pasta, las hamburguesas y las barritas energéticas, por ejemplo, pueden contener larvas de insectos molidos y algas procesadas.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron alrededor de 500 artículos científicos sobre diferentes sistemas futuros de producción de alimentos.
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