Ramón García lamenta muerte de Mario Vargas Llosa y recuerda anécdotas inéditas: “Era bromista y humilde”
Actor trabajó en cuatro producciones con escritor Mario Vargas Llosa y lo calificó como un gran dramaturgo. Dice que iba a los ensayos y hablaba con los actores.
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El actor Ramón García fue uno de los que más sintió la partida de Mario Vargas Llosa, trabajó en cuatro producciones del novelista, como la película La ciudad y los perros, y lo recuerda como un intelectual, estudioso y, sobre todo, humilde.

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Ramón García conoció a Mario Vargas Llosa
—Usted trabajó en varias puestas en escena y película de las obras de Vargas Llosa.
—Me duele mucho su muerte, porque me dio el gusto de conocerlo, un tipo con todos los pergaminos que tiene, conversábamos como estamos conversando ahora tú y yo. No era un tipo soberbio, sino humilde.
—¿En qué producciones trabajó con él?
—Yo he tenido la dicha, la fortuna de trabajar en cuatro obras de él. La primera que hice fue La ciudad y los perros, después cuando se hizo Gamboa, Mario escribió dos capítulos especiales para El rapto de la novia. Después en El loco de los balcones, obra de teatro, ahora último en la adaptación de Quién mató a Palomino Molero, en el Marsano. Hicimos una función especial para él, que asistió con su esposa, Lucho Llosa y todo el clan Vargas Llosa.
—¿Qué anécdotas tiene con Vargas Llosa?
—Varias, era buen conversador. Recuerdo cuando el vigilante que cuida la puerta del teatro Marsano me dijo: acaba de pasar el señor Vargas Llosa en su carro y bajó la ventana y me dijo: esa obra es mía, como un niño. Era una persona sencilla, bromista. A pesar de los pergaminos y todas sus obras que se tradujeron en varios idiomas, venía a los ensayos de sus obras y nos saludaba, hablaba con nosotros de lo más cordial. Era todo un caballero.
Estudiaron en el mismo colegio
—Usted también estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado, como Vargas Llosa.
—Sí, yo tengo una linda historia ahí, la frase que hizo célebre Gustavo Bueno en la película La ciudad y los perros no estaba en el guion original. Yo soy egresado del colegio militar y lo primero que hacemos los perros (cadetes) que ingresamos, es leer La ciudad y los perros. Cuando me dijeron para hacer la película, me encantó. En el guion original, que escribió José Watanabe, no estaba la icónica frase. Cuando leí el guion dije, acá falta el léxico castrense del colegio militar: había un teniente que nos decía “perro miserable”, había otro que decía: “mire su frente”. Y uno de los más populares: “¡qué me mira cadete, quiere una foto mía calato!, ¡a mí solamente me mira mi mujer y mi sirvienta!, ¡mire su frente caraj…! Y eso lo escribió el guionista, y eso lo pusieron en la boca de Gustavo Bueno, que era el teniente Gamboa. Don Mario estaba encantado por la adaptación de su obra y el resultado en la pantalla grande.
—¿Cómo debe ser recordado nuestro Premio Nobel?
—Como un peruano brillante. Nosotros hemos tenido a un insigne literato, dramaturgo, ensayista, novelista, era un capo ese señor. Con una inteligencia única y una sapiencia sobre la realidad peruana, pues a él le dolía lo que pasaba en el Perú.
Periodista de la Universidad San Martín de Porres. Experiencia en medios de prensa, además gusto de la buena música y lectura.