Hermana menor de Alejandra Baigorria DENUNCIA VIOLENCIA de Verónica Alcalá, su madre, en DESGARRADOR video: "Golpes, gritos e insultos..."

Pese a que todos pensábamos que todo era paz en la familia de Alejandra Baigorria, su hermana menor, Thamara Medina, sorprendió al reaparecer en redes sociales este 24 de octubre con desgarrador video denunciando que sufrió violencia por parte de Verónica Alcalá, su madre, y su entorno familiar. Esto luego de que la joven de 23 años agrediera a su progenitora en la boda de 'La Rubia de Gamarra' y Said Palao en el mes de abril.

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Hermana menor de Alejandra Baigorria denuncia violencia por parte de Verónica Alcalá

Thamara Medina, de 23 años de edad, rompió su silencio en redes sociales y preocupó a todos al aparecer leyendo una desgarradora carta denunciando que sufrió violencia por parte de su madre, Verónica Alcalá, desde que era una niña.

La joven, quien agredió a su madre a golpes y patadas, dio a conocer el infierno que vivió por el entorno de violencia en el que creció y se mostró decepcionada de su madre, quien ejerció violencia e indiferencia y no supo cómo protegerla en su momento, lo que le causó un profundo dolor.

"Esta historia de una niña que creció rodeada de violencia, gritos y silencios. Una casa donde el miedo era más constante que el amor. Una niña que aprendió desde muy temprano que no todas las madres saben proteger, que no todos los abrazos son cálidos y a veces quienes deberían cuidarte te rompen por dentro", comenzó diciendo.

Tras ello, detalló que, pese a que su madre intentaba darle afecto, todo se vio perjudicado por sus problemas con el alcohol y otros factores que provocaron que ella normalice la violencia, pues ninguno de sus familiares hizo algo para protegerla pese a ser tan pequeña y preferían quedarse en silencio.

"Durante años, la niña intentó entender por qué aquella figura que tenía que ser su refugió, era su tormento. A veces habían muestra de afecto pero estaban envueltos en el olor del alcohol, en violencia o la indiferencia más cruel (...) Creció viendo golpes, gritos, insultos y personas que velaban por sus intereses. Aprendió que el amor debía doler y el silencio era una forma de proteger. Creció escuchando que exageraba, que la violencia no era tan grave y de eso no se hablaba. Aprendió a callar, a hacer chistes con dolor, a dormir con miedo, sonreír, aunque por dentro todo se apagaba", agregó.

Asimismo, hasta dijo sentirse culpable de las actitudes de su madre. Todo ello provocó que ella también crezca con una violenta personalidad y la idea de que nunca podría ser feliz.

"Que si su madre la decepcionaba era porque era suficiente, que si le gritaban era porque algo estaba haciendo mal. Vivía en estado de alerta constante. nunca pudo descansar tranquila, un día ya adolescente, se convirtió en un eco de lo que vivió, copió patrones, repitió gritos, eligió vínculos que le recordaban el dolor, creía que eso era la vida y la felicidad era para otros".

Hasta el momento, ni Alejandra Baigorria ni su madre se han pronunciado al respecto.