Andrés Gonzales y sus recuerdos de la “U” que mañana cumple 98 años: "La hinchada cantaba 'Balán, Balán, Balán"

Universitario celebra mañana su aniversario número 98 y uno de sus jugadores que hizo historia con la crema es Andrés Aurelio Gonzales Luján (54), el popular ¡Balán, Balán, Balán!, como le coreaban cada vez que el “9” actualizaba su olfato para con el gol, como saben quienes lo vieron en sus mejores años.

El espigado delantero de 1.87 metros vistió la camiseta de la “U” entre 1988-1994 con gran suceso, al punto que aún hoy desborda su amor por la institución de Ate.

“Estoy eternamente agradecido por haber vestido su camiseta”, afirma y recuerda que, “el Gato Cuéllar fue quien nos transmitió lo que era la garra crema y enseñó a querer la camiseta”.

-Mañana la “U” está de aniversario y tú como parte de su historia, ¿cómo te sientes haber sido actor principal de quien dicen es el equipo más popular del país?

- Haber formado parte de esa gran institución es la mayor satisfacción que me tocó vivir en mi carrera futbolística. Es un orgullo y vivo eternamente agradecido por todo el cariño y afecto que me brindó el club y los hinchas.

- Recuerdo que la hinchada cantaba el “Balán, Balán, Balán! ¿Te debe emocionar recordarlo?

-Mis comienzos en la “U” fueron difíciles, la hinchada no me quería, pero no decaí y le puse entrega y con goles cambié la historia y así nació el “Balán, Balán, Balán”. Ese canto se escuchaba más fuerte todavía cuando marcaba contra Alianza, Cristal y Sport Boys.

-Todos esperaban tu gol para cantarlo.

-Yo también, porque me motivó y cuando se demoraba, decía: “Ya es hora que cante la hinchada”. Yo salía como un toro a buscar los goles. No te olvides que la hinchada de la “U” es la número 1 del Perú y del mundo, no son hinchas de momento y con el transcurrir del tiempo siguen amando a sus jugadores que hicieron historia.

-Estuviste 17 años en el fútbol, tu mejor temporada en la “U” fue cuando fueron campeones en el 90, 92 y 93, ¿no?

-No hay duda, el ADN del futbolista que se pone la camiseta de la “U” es la garra, la entrega de no dar nada por perdido.

-Ya han pasado 28 años desde que dejaste Universitario, pero parece que fue ayer por el reconocimiento de la gente en la calle.

-Es maravilloso que te pidan una foto o un autógrafo y emociona escuchar a un padre decirle a su hijo: “Es ‘Balan’ que salió campeón con Universitario”.

El CIEGO LO VIO BIEN

-¿Cómo llegaste a Universitario?

-Era 1988 y Juan Carlos Oblitas pidió a la dirigencia que me contrataran. Le guardo mucho respeto y admiración. A mí, Oblitas me conocía de las selecciones juveniles y había una cierta afinidad. Muchos dicen que era un técnico demasiado paternalista, pero no, porque a la hora te exigía mucho y pedía seamos mejores cada vez más. No era el técnico blando que mucha gente pensaba.

 -¿También te dirigió el Gato Cuéllar?

-Era un señor de señores. Fue la persona que nos transmitió lo que era la garra crema y querer a esta camiseta. Para él no había que salir al final del partido con la camiseta limpia porque eso significaba que nos habías jugado. Gratos recuerdos con el Gato Cuéllar. Después llegaron Iván Brizic, Sergio Markarián y Keosseían.

-¿Qué significaron esos técnicos en tu carrera?

-Muchos decían que los futbolistas éramos flojos, pero con ellos trabajábamos mucho, sobre todo en la parte física. Brzic, por ejemplo, nos hacía trabajar incluso después de los partidos, y todos decían que está loco, pero ahora todos lo hacen. Con él no había tiempo para celebrar triunfos, después de los partidos nos llevaba a concentrar y al día siguiente nos hacía madrugar con los trabajos y recién por la tarde podíamos ir a nuestro domicilio.

LA TÍA MARGARITA

-El Lolo Fernández fue la casa de la “U”, pero muchos años estuvo abandonado, ¿no?

-Me da mucha alegría que hayan recuperado un estadio que nunca debió dejarse de lado, porque es historia viviente del club. Allí logramos triunfos, vivíamos, nos concentrábamos, comíamos.

-¿Qué tal la comida de la tía Margarita?

-Los mejores días eran las concentraciones y los doble turnos, porque almorzábamos ahí con la tía Margarita e imagínate, cocinaba tan rico, que Brzic, que venía de Europa, estaba muy feliz y pedía doble... Jajaja. Los beneficiados eran Puchungo Yáñez y el Puma Carranza, eran flacos, pero la nutricionista ordenaba una alimentación especial para ellos.

-¿Cuál era tu plato favorito?

-Los frejoles, ufff, ya me dio hambre. La tía Margarita cocinaba también un sancochado buenazo, y yo la seguía a un restaurante que tenía en Miraflores. Del ají de gallina, del arroz con pollo, ni el huesito quedaba.

-¿Recuerdas qué comida les preparaba previo a un partido?

-Cómo olvidar su puré de papa con una tremenda pierna de pollo.

-Todo en un ambiente de camaradería...

-Éramos una familia. En ese tiempo, el utilero Pajita perdió a su esposa y yo a mi hermano, y pude sentir el cariño del grupo para que no decaigamos. En Universitario el piso era parejo y todos éramos compañeros de trabajo. El utilero no era menos que un jugador cuando reclamaba sus derechos y para los premios, todos ganaban.

-La vida te permitió volver a tu casa, Universitario, pero ahora como técnico, ¿no?

-Sí, y es algo lindo. Estoy en busca de forjar nuevos talentos en la categoría 2005.