Balán Gonzáles y su inolvidable anécdota con Jorge Luis Pinto: “Vino a mi casa a medianoche. Empezó a olerme”

Alianza Lima tuvo una sequía de 18 años sin salir campeón, pero ese maleficio se rompió en el año 1997 cuando Jorge Luis Pinto asumió las riendas del equipo íntimo; muchos futbolistas de aquel plantel recuerdan las estrictas medidas que tomó el estratega colombiano y Andrés 'Balán' Gonzáles revivió la convivencia con el técnico mundialista.

“Yo tengo una anécdota en Alianza”, empezó. “Pinto pone la concentración en casa, no me acuerdo el nombre, pero a una hora tenías que estar en la casa. Mi mamá siempre vivía en Gambeta y yo en San Miguel. Empezó el operativo y el profesor cae en mi casa, en Maranga”, dijo.

Balán no quería atender a Pinto, pero este insistía. “Yo le mandé a la chica que trabaja en mi casa a decirle que no estaba, que me encontraba con mi mamá. El 'profe' le arrancha el teléfono y me preguntó dónde estaba”, dijo en una entrevista con Luis Guadalupe en 'La fe del Cuto'.

Según lo contado por Balán, el técnico mundialista se enojó por no haberlo encontrado en su casa, ya que en esas épocas había el rumor que el fútbol peruano, sobre todo en Matute, reinaba la indisciplina y las noches bohemias.

“¿En qué hemos quedamos? Tienes cinco minutos para que llegue a su casa. (…) Cuando llegué él se había ido. A las 11 de la noche llega nuevamente y yo salgo, no lo hago entrar. Él me preguntó: ¿No me vas a hacer entrar? Yo le dije: 'No, señor. A mi casa entran solamente mis amigos'”, añadió.

La conversación estaba muy tensa entre Balán y Pinto, pero el exfutbolista con pasado blanquiazul fue firme y no ocultó la enemistad que tenía con su entrenador, quien se había ganado la antipatía de varios futbolistas en Alianza por su excesiva forma de controlarlos.

“Él empezó a olerme… este está bien hue… Me buscaba el habla. Le decía que me tenía que ir a descansar, pero él quería conversar. Pinto estaba con Alex Berrocal, pero la relación con el profe estaba rota. Luego volvió a la medianoche a mi casa y yo ni jugaba. (…) Ya que pasé ese hue…, me preguntó si ya iba a dormir, yo le dije que sí y (señaló su ropa) que esta era mi pijama (prenda para salir a la calle)”, contó.