Saúl Salas tiene otra pasión además de jugar en San Martín: “Antes criaba perros y ahora gallos de pelea”

El “Lobo” Gonzales-Vigil lo animó y ahora ya tiene su propio galpón. Él mismo los selecciona, baña, alimenta y los hace competir.

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El futbolista muestra su lado B fuera de las canchas.
El futbolista muestra su lado B fuera de las canchas.Fuente: Composición El Popular.

Los futbolistas también tienen pasatiempos, muchas veces desconocidos, otros peligrosos y otros curiosos. Entre nosotros, Saúl Salas que juega en San Martín, hace tiempo se le metió el bichito por criar perros de raza, que lo dejó, y ahora reparte su tiempo entre su equipo, su familia y la crianza de gallos de pelea.

Y ya lleva seis años, desde que conoció al también futbolista Juan Diego Gonzales-Vigil, quien lo animó a volar alto en este negocio, al punto que ya tiene su propio galpón, en Carabayllo.

¿Cómo nace tu afición a la crianza de gallos de pelea?
Mi tío criaba gallos para que peleen con espuelas y yo iba a ver cómo los preparaba. Pero ya el 2015, cuando jugaba en Municipal, le dije que me vendiera una gallina y un gallo, ahí comenzó mi historia.

¿Y cómo te animaste por los gallos de pelea?
En Municipal jugaba con Juan Diego Gonzales Vigil, él me animó, me djo que vaya a su corral. Y poco después, como había un campeonato de gallos navajeros le dije que pague la inscripción y concursamos. Luego me obsequió más gallinas para sacar mi camada. Fue así que comencé a criar gallos navajeros y no piqueros.

¿Y ahora qué te dice el “Lobo” Gonzales Vigil?
Con Juan Diego nos juntamos para ver los gallos y vemos las competencias. Yo me encargo de los torneos del Cono norte, Puente Piedra, Comas, Los Olivos, algunas veces también en Pachacamac y Lurín, en cambio él participa en todos los torneos y se va hasta Cañete.

Sé que se juega mucho dinero. ¿Cómo vas en las apuestas?
Hay competencia de piqueros, que son más de peso y tamaño, en la que te pones de acuerdo con el contrincante cuál va a ser la cantidad de la apuesta: le dices mil soles y si acepta, van a mil. En cambio, en navajeros hay campeonatos de 50 mil, 100 mil, 500 mil y hasta de un millón, en Cañete. Yo he jugado en los dos primeros.

¿Cuántos animales tienes en tu galpón?
Unos 200 entre pollos y gallos de pelea. Mi galpón está en Carabayllo, en Torreblanca, y mi cuñado es quien se encarga de ver a los gallos.

Debe ser muy costoso mantenerlos, ¿no?
Ahorita, con esta pandemia, es un lujo criar. Antes estaba el saco de maíz entre 65 a 70 soles, ahora pasa los 100 soles.

¿Estando en el fútbol te da tiempo para cuidarlos?
Mis días libres en la San Martín y los domingos estoy desde las 7 de la mañana y me quedo hasta las dos de la tarde. Estoy bañando a los gallos, los desparasito, veo su alimentación y algo más que falte para que estén sanos.

¿Y cómo haces con los polluelos?
Estoy atento siempre, los separo, y los que sales regulares nomás van para la olla, porque mantener estos animales son muy caros.

¿Hay otros futbolistas que siguen tu camino en la afición de crianza de gallos de pelea?
Sí, se encuentra Michael Guevara (ex “U”, Boys, Huaral, entre otros), su familia es de Pisco, la “mata” de los gallos navajeros. Tengo un diálogo constante con él.

¿Es verdad que estuviste en la marcha en la Plaza San Martín hace dos años cuando se pretendió anular las peleas de gallos?
Todo el Perú estuvo ahí, después del entrenamiento con mi equipo nos juntamos, alquilamos un bus e hicimos sentir nuestra voz.

Amigos perros

Si no me equivoco también te dedicabas a la crianza de perros…
Tenía 7 perros de raza Sharpei, pero era mucho antes de la crianza de gallos. La historia empezó cuando me traje dos desde Costa Rica.

¿Y ahora cómo vas?
Tuve que dejarlo por mis hijos, tengo una hijita de dos años y un hombrecito de cuatro meses. Ahora solo me queda un perro.

¿Qué tal la experiencia de ser papá?
El segundo hijo me está chocando, vamos de a poco. Tengo un día intenso porque tengo que levantarme a las 5 y media para ir al entrenamiento porque vivo lejos y casi son dos horas a Santa Anita.

Tanto nadar

¿Qué nos cuentas de tus inicios en el fútbol?
Cuando estaba en cuarto de secundaria en el colegio Santo Domingo Guzmán, en Carabayllo, entrenaba en la academia de Héctor Chumpitaz. El timbre de salida tocaba a las 2 de la tarde y salía volando para llegar a las 3 a los entrenamientos. Algunas veces me subían a la Sub 20 que era más temprano y tenía que pedir permiso.

¿Después qué siguió?
Tito Chumpitaz me llevó a UTC para la Copa Perú. Después llegó Chalaca Gonzales para la Regional. Aquí me sucedió una anécdota que siempre recordaré.

¿Cuál fue?
Habíamos dejado en el camino al Atlético Grau, nos tocó enfrentar a los Caimanes, que nos ganó 1-0 en Chiclayo, y justo para el partido de vuelta de local se da el paro minero de Conga y se cerró la ciudad. Así que ya no pudimos jugar de local en Cajamarca, sino que tuvimos que hacerlo en Huaraz.

¿Cómo fue el viaje?
Horrible. Salimos caminando a las afueras de Cajamarca, ahí tomamos un colectivo hasta Chiclayo y bus a Huaraz. ¿El resultado? Quedamos eliminados.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.

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