Mágico Gonzales y su faceta como emprendedor: “Me dedico a vender pisco y vino”

 Carlos Gonzales destacó en la década de los 80 y 90, jugó en Alianza Lima y Universitario. Ahora Mágico se encuentra radicando en Ica chocheando con sus cuatro nietos.

El ex defensor incursionó como emprendedor con su propia empresa Magic que se encarga de la venta de pisco y vino.

Jugabas en Alianza, pero sorprendió tu pase a la “U”.

Alianza era mi casa, no me fui porque quise, sino porque no me renovaron y acepté, tenía una familia que dependía de mí. Tenía una diferencia con el finado Iván Brzic, quien no me tenía en sus planes.

¿Juan Reynoso tuvo que ver en tu llegada a la “U”?

Hay amistad con Juan desde los 10 años, él jugaba en Cruz Azul y me alentó aceptar la oferta.

¿Tuviste problemas con las barras de ambos equipos?

Muchos hinchas me criticaron en su momento, en los clásicos iban a molestar a mi casa. La Trinchera Norte también, pero con mi juego y entrega me gané su cariño.

¿Tu gol en el Centenario en el triunfo ante Peñarol por Libertadores ya los conquistó?

Fue un gol con que marqué la historia en la “U” y después me quisieron vender a las grandes ligas del mundo.

¿Recuerdas ese gol en Universitario?

Cómo no. Ibáñez saca para el brasileño Alex Rossi que era un monstruo. Hice la diagonal y a pesar que el campo estaba mojado pude vencer a Carini. Un agradecimiento especial al profe Pichicho Benavides, quien siempre creyó en mí, me sacó de la reserva donde era goleador para jugar en el primer equipo y actuar en el Centenario.

A parte de Alianza jugaste en otros equipos.

También estuve en la “U”, Municipal, Pesquero y terminé en Juan Aurich y hay recuerdos buenos y malos.

¿En Juan Aurich la pasaste mal?

Había un presidente que en la temporada solo nos pagó dos veces y desapareció.

¿Qué hicieron para subsistir?

Los de Lima nos recurseábamos en todo. Era un equipazo, estaba el Cholo Marrou, Kanko Rodríguez, Darío Muchotrigo, Chiquinho, Manassero, Hansel Arriaga y Gullit Reyes.

¿Cómo se da tu retiro?

Me cansé de los abusos dirigenciales, deudas impagables y decidí retirarme a los 35 años.

Emprendedor

¿Qué hiciste después?

Me fui a trabajar a trabajar a Estados Unidos estuve año y medio. De regreso trabajé en el Banco de Materiales y en Ica donde resido hace 11 años. Laboré en municipios, formé una academia de fútbol y a los mejorcitos los recomendaremos a la “U” o Alianza. Ahora formé una empresa.

¿Eres empresario?

Unos amigos que tienen sus viñedos me animaron a ingresar a este tipo de negocios. Decidí formar una empresa llamada Magic y me dedico a vender pisco y vino.

¿También te dedicas a repartir?

Me pongo el overol, se hace delivery en provincias y ahora en Lima ya ofrezco mis productos. Cualquier cosita llamar al 954778806.

Sus inicios

¿Tus inicios en el fútbol?

En Alianza Lima, el Cholo Castillo no recibía menores de 10 años, tenía nueve y mentí. Cuando me pidieron los papeles vino el problema, pero como la había roto en la prueba me quedé.

¿Con quiénes te iniciaste en tu carrera?

Con mi compadre Juan Reynoso y los chicos de la tragedia del Fokker (Tejada y Chamochumbi), evento que viví cerca por la muerte de mi primo Caíco Gonzales Ganoza.

¿Vienes de una familia de deportistas?

Mi padre estuvo como suplente en la selección en la tragedia del Estadio Nacional cuando se metió el Negro Bomba. Caíco Gonzales Ganoza, Trompito Gonzales, Coyote Rivera, Paolo Guerrero, Oscar y Huaqui Gómez Sánchez son mis familiares, igual que las  atletas Julia y Alicia Barrera Gonzales.

¿Cuándo fue tu debut?

Después de la tragedia, estuve en una gira en Centroamérica y de regreso se me da la oportunidad de debutar en el clásico. Ganamos 1-0 con gol de Juan Illescas y me tocó marcar a Rey Muñoz. Estuve muy nervioso e iba salir con el uniforme al revés si no me avisa el utilero.

¿Qué hiciste con el primer sueldo?

Se lo di a mis padres, era un reconocimiento a su apoyo y porque me dieron una niñez feliz.

¿Quién te puso el apodo de Mágico?

Fue el profesor Moisés Barack, porque decía que hacía magia con la pelota, hasta ahora no me lo creo.