Gonzáles Vigil hace fuerza para que no pase lo peor: "Alianza es un equipo que nunca debe bajar"
Cuenta que su apodo que más le gusta es Chuck Norris. Es aficionado a los gallos, a los carros y a los caballos.
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Víctor Arrunátegui Acosta
La historia de Juan Diego Gonzales Vigil agrega capítulos y nunca deja de sorprender, en el fútbol y fuera de él.
Estuvo en Wanka, Alianza Lima, Cienciano, Universitario, Cristal, Municipal, Boys, San Martín, León, Bolognesi y -ahora- en el Santos FC, en Segunda.
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Afuera también conocieron de su fútbol, vía el Lokomotiv de Georgia, Málaga B de España, Zulte Waregem de Bélgica y LDU de Ecuador.
Por si fuera poco, es un aficionado a los gallos y a las carreras de carros y es preparador de caballos de carrera.
Le dicen Lobo, pero a él le gusta más que le digan Chuck Norris. Y hasta se deja la barba para acercarse más a su parecido con el famoso actor de Fuerza Delta.
Pero, como se dice, primero lo primero, el fútbol y Alianza siempre serán su debilidad.
Si bien jugaste en varios equipos, sabemos que Alianza Lima está primero en tu corazón.
En Alianza hice menores y es el equipo en el que más he jugado, tengo un sentimiento especial por el club y la camiseta. La he llevado en diferentes circunstancias y siempre hubo entrega, y así los hinchas lo reconocen. Me encanta el ambiente de Matute, me siento como en mi casa. Fui dos veces campeón, jugué Copa Libertadores, compartí con jugadores importantes a los que miraba de chico, con Juan Jayo, Pepe Soto, Chicho Salas, Marco Ciurlizza... Por esa camiseta hay que jugarse la vida.
Corazón, Alianza Lima...
¿Cómo así nace el apelativo de Lobo?
Porque una vez le ganamos 6-2 a Cienciano con cuatro goles míos y la prensa al día siguiente tituló: El lobo se llevó a la Caperucita (por el color de la camiseta de Cienciano). Aunque a mí me gusta más que me digan Chuck Norris.
Hubo buena química con la hinchada blanquiazul.
Estaba en la pretemporada de España, murió mi papá y tuve que regresar. Después de tres o cuatro días fue la presentación y la gente me aplaudió. Es algo que no te puedes olvidar, no solo lo tengo en mi mente, sino dentro de mí.
Tú estuviste en el equipo de Alianza que luchó a la baja el 2008. ¿Cuál fue la sensación vivida?
Fue una época difícil jugar la baja porque conforme pasaban las fechas se iban complicando las cosas. La presión de los hinchas aumentaba, pero gracias a Dios pudimos sacar las cosas adelante. Hubiese sido bastante triste descender. Alianza es un equipo que no debe bajar nunca.
Han pasado 12 años de ese momento y ahora vuelven a convivir con el fantasma de la baja.
En un momento difícil, pero no hay que mirar hacia abajo, porque es complicado, sino hacia arriba. Todavía hay tiempo para revertir las cosas en las tres próximas fechas, pero todos debemos empujar en una misma dirección.
¿Cuál debe ser el arma para estos tres partidos que faltan?
Te reitero, la unión del grupo, poner mente fría para buscar el mejor resultado, porque buenos jugadores hay en el equipo. Debemos seguir pensando en positivo y esa onda seguirá al equipo para alcanzar buenos resultados.
ADEMÁS DEL FÚTBOL
Sabemos que, aparte del fútbol, tienes otras aficiones. ¿Qué nos cuentas de eso?
Más por mi papá se dieron las aficiones que sigo desarrollando, los gallos, el automovilismo y la de preparador de caballos.
¿Qué nos cuentas de los gallos de pelea?
Es una afición de toda la vida, fui vicepresidente de la Asociación de Criadores de Gallos de Pelea a Navaja del Perú y tengo un galpón. Yo me encargo personalmente de darles la comida y el agua y les dedico tiempo para participar en campeonatos de gallos.
Participaste de la marcha de apoyo a las peleas de gallo que se dio en la Plaza San Martín. Hubo la propuesta de prohibir esa afición.
Fuimos 50 mil personas para defender los derechos culturales, es una industria que genera puestos de trabajo y hay negocios afines. Hay gente de todas las edades, familias completas que se dedican a la crianza, mientras todo sea legal es una bonita afición. En el Perú hay más de 1.500 coliseos.
¿Qué nos dice de las competencias de piques?
Los autos me gustaron toda la vida. Con mi padre y un grupo de amigos íbamos armando los autos para las competencias. Tengo un auto, Barracuda, que es el auto más rápido del Perú, gané dos torneos nacionales, soy piloto oficial de Goodyear. Es una afición bonita, se pone fuerza, emoción y adrenalina.
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¿Pero hay cuestionamientos a las pruebas de piques?
Eso se refiere a los que lo hacen en las calles o avenidas. Yo soy de los que piensan que los piques son legales, pero en un circuito, por eso los torneos lo hacemos en La Chutana. La gente debe dejar de correr en la calle e ir a la pista de carrera.
¿Y cómo te va en la preparación de caballos de carrera?
Desde que nací, lo viví de cerca, hasta los 12 a 13 años, que lo dejé un poco por el fútbol, no me daba el tiempo. Volví, empecé con un par de caballos que empezaron a correr bien. Me he preparado y aprendido mucho, es como trabajar con un deportista de alto rendimiento y lo disfruto.