Santiago Roberto Salazar Peña: “En Turquía me recibieron con violines”

Santiago Roberto Salazar Peña (45) es un ex jugador de fútbol que pasó de todo. Una lesión a la cadera le pudo truncar su carrera, pero su esfuerzo le hizo vencer la adversidad. Jugó en Sport Boys, Sporting Cristal y Alianza Lima, pero sus gratas experiencias las vivió cuando jugó en Turquía y lo recibieron a lo grande o cuando jugó en Qatar, donde soportó temperaturas de más de 40 grados.

- ¿Qué nos puedes decir de tus inicios en el fútbol?

-Nací en el barrio de Breña. Mi afición en el fútbol es desde pequeño por mi padre que había sido jugador profesional en el Sima del Callao donde era capitán (también estuvo en Boys y Melgar).

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- ¿Y de ahí para adelante?

-Estaba en las divisiones menores del Internacional de San Borja y cuando iba pasar al primer equipo tuve un accidente en la cadera.

-¿Una lesión complicada?

- No pude caminar casi un año y no pude hacer fútbol tres años. Quiero ahondar aquí porque hay muchos jóvenes que por ahí tienen una lesión no persisten y dejan de cumplir su sueño.

- ¿Cómo se da tu pase al Boys?

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- Postulé a la Universidad Federico Villarreal e ingresé a estudiar Ciencias Sociales. Jugaba en la selección y el hermano de un amigo, que se estaba probando en la reserva del Boys, me llevó y me quedé. Estuve un mes y al toque pasé al primer equipo.

-¿Y tu debut?

- El profesor Arrué llegó al equipo el 96. Me preguntó si estaba listo, le dije que estaba listo desde que había nacido.

-¿Y cómo hiciste con la Universidad?

- Me quedé con el fútbol porque toda la vida soñé con ser futbolista profesional. Decía a los 30, 40 o 50 años puedo regresar a estudiar.

- ¿Cómo nace el apodo Cafú?

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- Había llegado como marcador derecho al Boys y era raro ver uno con mis características: alto (1.80 mts), era fuerte, rápido, salía jugando, me llevaba a varios jugadores y el Cholo Camargo que jugaba conmigo, me  puso ese apodo.

Experiencia turca

- ¿Cómo se dio la oportunidad de jugar en el exterior?

- Tenía ofertas de Suiza y Turquía. Pensé primero ir a conocer sus sedes y compararlas. Me fui a Turquía y  cuando bajé del avión había más de mil personas esperándome en el aeropuerto.

-¿Tanto así?

-  La hinchada de Trabzonspor me esperaba. Había gente  tocando violines, bailando, saltando y me dieron la bienvenida, me pusieron unas flores en el cuello y la camiseta del club. Caballero tuve que firmar.

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- ¿Encontraste explicación a ese recibimiento?

- Lo que pasa es que habían pasado por televisión un video con mis jugadas que hice con la selección en el partido contra Holanda nada menos contra Kluivert, Bergkamp y Davis. Me gustaba hacer sombreros, autopases y salía por un lado. La gente vio eso y me pusieron el Chico Maravilla.

-¿Te acostumbraste a la comida turca?

-El que diga que no se acostumbró en un país por la comida es mentira. Si no me gustaba algo me iba a un restaurante italiano y comía pastas que favorecía por el tema de carbohidratos. Había mariscos y pescados, pero la preparación no era la misma.

-¿Cómo te fue en los partidos?

- Si bien había jugado en Cerro de Pasco con frío y granizada, allá se jugaba con nieve. Son experiencias que te enriquecen, otro tipo de idiosincrasia, costumbres distintas y su idioma diferente al español. Nosotros parábamos yendo a Estambul era 40 minutos en avión, allá es mucha moda.

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En el horno de Qatar

-¿Y cómo te fue en Al-Shamal de Qatar?

- El árabe no es lo mismo que el turco. Me comunicaba con la gente hablando inglés.

- ¿También te recibieron como en Turquía?

- Lo que me recibió fue una temperatura como 50 grados de calor. Cuando abría la ventana del hotel, el sol parecía que estaba a 20 centímetros. Es obligatorio usar lentes de sol.

- ¿Y cómo eran los entrenamientos?

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- Se entrenaba y jugaba solo en las noches. Si se entrenaba de día te deshidratabas y te podía dar un paro.

- ¿Y la ciudad?

- En Qatar son puros autos Lamborghini, Ferrari y Maserati. La gente tiene mucho dinero, allá no hay pobreza. No hay delincuencia porque las normas son duras. Si robas algo así sea pequeño te cortan la mano. La policía prácticamente es de tránsito y los patrulleros son unos carros de lujo para poder corretear a los hijos de los jeques.