El ñame es uno de esos alimentos que, aunque no siempre protagoniza nuestra cocina, tiene un increíble potencial para nuestra salud. Originario de varias partes del mundo, este tubérculo ha sido una fuente de nutrición básica durante siglos. Su perfil nutricional lo convierte en un ingrediente clave para quienes buscan una dieta balanceada, y su versatilidad en la cocina lo hace ideal para distintas preparaciones.
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El ñame contiene un compuesto llamado diosgenina, que ha demostrado tener efectos positivos sobre el cerebro. Este compuesto estimula el crecimiento neuronal y mejora las conexiones entre las células del cerebro, favoreciendo así la memoria y el aprendizaje.
Incluir el ñame en la dieta puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Sus nutrientes esenciales no solo protegen la salud cerebral, sino que también fortalecen las capacidades cognitivas a largo plazo.
El ñame es extremadamente versátil y se puede cocinar de muchas maneras. Se puede hervir, asar, freír o incluso hornear. Su textura suave lo hace ideal para guisos, sopas o purés.
Si prefieres algo más innovador, el ñame también se puede transformar en harina para hacer panes y pasteles sin gluten, una excelente opción para personas con intolerancias alimentarias.
Periodista especializada en entretenimiento. Licenciada en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Coordinadora de espectáculos en El Popular. Interesada en el crecimiento personal, aprendizaje y lo kármico.