El sexo no solo es una expresión física de deseo y atracción, sino también una forma de comunicación íntima que puede reforzar los lazos emocionales entre las parejas. Sin embargo, la sexualidad en una relación puede ser compleja y susceptible a cambios a lo largo del tiempo.
Un reciente estudio realizado por expertos de la Universidad de Harvard, ha desatado una duda de varias personas al clasificar a la actividad sexual cómo una forma de ejercitar el cuerpo. En la siguiente nota, conoce el último estudio que analiza si el sexo puede reemplazar el ejercicio.
Podrás ver dentro de la nota:
Según la información publicada por Harvard Health Publishing, indica su duda de determinar si el sexo como un ejercicio igual de funcional al que se realiza en el gimnasio. Según dicen los expertos en el articulo "los hombres parecen gastar más energía pensando y hablando de sexo que en el acto en sí".
Para determinar la respuesta de esta duda, se utilizó un estudio que involucra a 19 hombres con una edad promedio de 55 años. Además, Los investigadores decidieron centrarse en la cuestión de si los hombres mayores desarrollan enfermedades cardíacas durante las relaciones sexuales o si esta actividad puede considerarse una forma de ejercicio.
Los resultados muestran que el sexo no es lo mismo que la actividad física vigorosa. El estudio investigó los efectos de la actividad sexual en el sistema cardiovascular en 13 mujeres y 19 hombres y los comparó con los efectos del ejercicio en una cinta rodante.
Por otro lado, se midieron la frecuencia cardíaca y la presión arterial de las personas mientras realizaban ambas actividades. Los resultados obtenidos no fueron los esperados, ya que demostraron que la actividad en la cinta era más agotadora para los hombres que el sexo.
Mientras que los resultados obtenidos muestran que el sexo no equivale a una actividad física vigorosa. El estudio investigó los efectos de la actividad sexual en el sistema cardiovascular en 13 mujeres y 19 hombres y los comparó con los efectos del ejercicio en una cinta rodante.
Los expertos midieron la frecuencia cardíaca y la presión arterial de las personas mientras realizaban ambas actividades. Por otro lado, las mujeres sienten menos esfuerzo durante las relaciones sexuales en comparación con la actividad física.
Esto significa que la frecuencia cardíaca de los hombres durante las relaciones sexuales rara vez supera los 130 latidos por minuto y su presión arterial sistólica suele estar por debajo de 170, lo que sugiere que el sexo en sí no tiene un efecto cardiovascular significativo.
El sexo es una actividad física que requiere energía. Si se practica en exceso, puede llevar a la fatiga y el agotamiento, lo que podría afectar el rendimiento en otras áreas de la vida. Si una persona prioriza en exceso el sexo en detrimento de otras áreas importantes de la vida, como el trabajo, las relaciones familiares o sociales, esto puede causar conflictos y problemas en sus relaciones personales.
Algunas personas pueden desarrollar comportamientos sexuales compulsivos que interfieren en su vida diaria y bienestar emocional, lo que se conoce como trastorno sexual compulsivo (TSC). Esto puede requerir tratamiento profesional.
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