¡Que nadie te amargue el café! Aunque es una bebida que genera mucha controversia (o lo amas o lo odias), lo cierto es que son muchos los estudios que resaltan los numerosos beneficios que tiene el café para la salud.
Por ello, desde el 2008, el Ministerio de Agricultura instituyó a nivel nacional que cada cuarto viernes de agosto se celebrara el Día del Café Peruano. Este año, el café nacional fue condecorado como el mejor del mundo en los premios Cafés Especiales SPP.
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Esta fecha es una oportunidad para reivindicar las propiedades del producto y también sirve para conocer los beneficios que brinda a nuestro organismo.
El café contiene una alta presencia de compuestos bioactivos, que son los encargados de desempeñar importantes funciones en el cuerpo y en la prevención de algunas enfermedades como las degenerativas.
Además, ayudan a proteger el ADN de las células frente al estrés oxidativo (proceso de deterioro celular que puede tener severas consecuencias para la salud, como la alteración del ADN y en enfermedades como el cáncer) y controla la acumulación de radicales libres.
“Diversas investigaciones sugieren que tomar una cantidad moderada de café, inclusive a diario, ayudaría a prevenir el parkinson y a disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama, páncreas, hígado y próstata”, señaló Ingrid Pérez, nutricionista de Oncosalud.
De acuerdo con las recomendaciones internacionales, el consumo de cafeína para adultos sanos debe ser hasta los 350 mg al día, además de ir en línea con un estilo de vida activo y una dieta saludable.
El consumo moderado de café al día se asocia con una amplia gama de efectos fisiológicos deseados, siempre y cuando no se tenga alguna enfermedad o tratamiento médico.
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Ingrid Pérez resalta que en mujeres embarazadas y que dan de lactar la cantidad de cafeína no debe exceder los 150 mg al día. Es decir, puede consumir como máximo una taza al día y es mejor alternarlo con otras bebidas que aporten vitaminas como agua frutada.
La especialista alerta que un consumo excesivo puede llevar a cuadros de deshidratación y reducción en la absorción de vitaminas B, C, calcio, hierro y zinc. Por ello, es necesario siempre contar con la guía de un nutricionista.
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