Existen varios billones de bacterias en cada persona divididas en más de 400 especies, la mayoría de las cuales vive en el tubo digestivo. Si se les coloca a todas juntas, el peso de estas bacterias benéficas sería de 2 kg.
Vivimos en verdadera simbiosis con ellas. Mientras les proporcionamos una dieta razonable y se mantengan saludables, ellas realizan una labor excelente.
No obstante, no todas las bacterias benéficas desempeñan las mismas funciones, ya que algunas son mucho más útiles y abundantes que otras, y precisamente de estas últimas nos referimos en este artículo, pues ayudan a mantener la salud óptima mientras que otras se encargan de recuperar la salud cuando se encuentra alterada.
PARA LA VIDA
Esta doble función protectora y terapéutica explica el origen de la palabra “probiótico” ya que el término significa “para la vida”.
Hay muchos factores que determinan lo saludable que es la flora.
Mientras que el tipo de bacterias benéficas que viven en una región puede parecer el mismo, tanto en la salud como en la enfermedad, las tareas que realizan cambian de acuerdo con las circunstancias.
Por ejemplo, cuando las bifidobacterias están en excelente estado desintoxican eliminando los agentes contaminantes y cancerígenos y producen diversas vitaminas del complejo B.
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