El agua, la tierra, el piso, los objetos. Todo puede estar contaminado con parásitos que no vemos pero que ingresan al organismo de tu hijo a través de la boca.
La pediatra del hospital Sisol Camaná, Dra. María Elena Arnao, explica que es común que los niños toquen diversas superficies y luego, sin lavarse las manos, se lleven los dedos a la boca propiciando la contaminación.
Si tu hijo frecuenta guarderías, ten especial cuidado con la higiene porque en estos lugares es común el parásito giardia. Este vive en el agua por lo que es esencial que hagas hervir un minuto los líquidos que tomen tus pequeños.
Si hay moscas en casa elimínalas de inmediato porque estas, al posarse en alimentos, fomentan la contaminación con el parásito ascaris.
Si tu hijo es de los que les encanta jugar en el suelo, cuidado con los huevos del parásito oxiuro que suele vivir en la tierra sucia y se introducen en las uñas de los niños para luego ingresar al organismo por la boca.
Fomenta el correcto lavado de manos de tus hijos antes de comer cualquier alimento y luego de ir al baño para evitar infestaciones con parásitos. Cambia de ropa a tu hijo con frecuencia, sobre todo si ha jugado en el piso.
Las infestaciones con parásitos puede presentar algunos síntomas como dolor abdominal, falta de apetito, diarreas, escozor en la nariz, en el ano, irritabilidad, rechinamiento de dientes pero también puede ser asintomático.
Mantente atento porque si no tratas la parasitosis puede causar anemia, malnutrición y vaginitis en las mujeres, lo cual se evidencia con dolor y ardor prolongado.
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