Daniel Alcides Carrión es considerado un héroe ilustre de la medicina peruana por su enorme contribución a las investigaciones para hallar la cura de una de las enfermedades que más afectaba al Perú en los últimos años de 1800, la verruga peruana.
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Orígenes
Hijo de Baltazar Carrión y Dolores García, nació un 13 de agosto de 1857 y cursó la primaria en la escuela municipal de Cerro de Pasco.
En 1874 ingresó al colegio de Nuestra Señora de Guadalupe, allí terminó la secundaria, para posteriormente ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el 12 de abril de 1880.
Fue en 1884 que empezó sus prácticas clínicas y su interés lo llevó a estudiar a los pacientes que padecían la famosa “Fiebre de la Oroya”, este mal mataba a los obreros que construían el tren en la región central del Perú.
Momento crucial
En julio de 1885 la Academia Libre de Medicina convocó a un concurso sobre la anatomía patológica de la verruga peruana. Lo cual despertó el enorme interés del estudioso joven.
Carrión decidió indagar al enemigo estudiando de cerca sus síntomas, y es en ese momento cuando toma la decisión de inyectarse el virus.
Bitácora Médica
Tres semanas más tarde, el joven percibió los primeros síntomas. En el quinto día presentó fiebre, escalofríos y dolores musculares.
Anotó todos los padecimientos que le causaba la enfermedad, de forma detallada y paciente, la cual le permitió confirmar el origen en común de la verruga peruana y la fiebre de la Oroya. Sin embargo, el 5 de octubre a las 11:30 de la noche muere abatido por la infección.
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Antes de su muerte expresó su deseo a sus colegas que siguieran con su investigación: “Aún no he muerto amigos míos, ahora les toca a ustedes terminar la obra comenzada, siguiendo el camino que les he trazado”, expresó.
Cómo surgió su interés
A los 13 años durante su viaje a Lima, Daniel observó en la construcción de la línea ferroviaria que llegaría hasta La Oroya, cómo los trabajadores peruanos y extranjeros eran víctimas de extrañas fiebres y lesiones verrucosas, la cual se le dominaba “Fiebre de La Oroya”.
Posteriormente cuando ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1880 empezó sus prácticas en clínicas y su interés científico lo llevó a investigar más sobre esta enfermedad.
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