
Las autoridades migratorias de Estados Unidos cuentan con un mecanismo que permite remover del país a determinados extranjeros de forma rápida, sin pasar por un proceso judicial tradicional. Esta herramienta, aplicada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), busca acelerar decisiones migratorias y descongestionar los tribunales.
La normativa habilita tanto a ICE como a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) a ordenar la deportación directa de personas que no logren acreditar un ingreso legal ni una permanencia mínima en el país. La medida puede aplicarse incluso cuando la detención ocurre lejos de la frontera.
El procedimiento de expulsión acelerada se activa cuando las autoridades determinan que la persona no cumple con ciertos requisitos básicos. En esos casos, no interviene un juez y la decisión queda en manos de los agentes migratorios.
La peor noticia para miles de migrantes: una sola prueba decidirá su permanencia en Estados Unidos.
Para que se aplique esta medida, deben darse las siguientes condiciones:
Este esquema amplía el alcance de las deportaciones inmediatas y coloca la carga de la prueba sobre el inmigrante al momento del arresto.
Las personas detenidas tienen derecho a presentar pruebas que acrediten que han vivido en el país durante los últimos 24 meses o más. La evidencia debe ser clara, verificable y estar fechada. Entre los documentos que suelen aceptarse se encuentran:
Cabe mencionar que, contar con este tipo de documentación puede marcar la diferencia entre permanecer en Estados Unidos o enfrentar una expulsión inmediata.
Periodista especializada en tendencias y actualidad. Licenciada en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Certificada en SEO y Marketing Digital. Interesada en temas relacionados con tendencia, coyuntura nacional, farándula y más.