
Desde marzo de 2025, el banco estadounidense Wells Fargo comenzó a dar de baja miles de cuentas que permanecieron inactivas durante más de 16 meses. La decisión tomó por sorpresa a numerosos clientes, muchos de los cuales aseguran no haber recibido advertencias y ahora enfrentan la pérdida temporal de sus fondos o la necesidad de iniciar reclamos formales.
El banco respalda la medida señalando que actúa bajo la normativa estatal sobre propiedad abandonada y fondos no reclamados. Estas disposiciones obligan a las entidades financieras a transferir los saldos al Estado cuando las cuentas no muestran actividad durante periodos prolongados.
De acuerdo con la regulación vigente, una cuenta se clasifica como inactiva si no registra movimientos por más de 16 meses. Cabe destacar que los débitos automáticos, cargos por servicios o el devengo de intereses no son considerados como actividad. Por esta razón, incluso usuarios con saldo positivo o servicios domiciliados pueden verse afectados si no realizan operaciones directas.
Este requisito será decisivo: quien no lo cumpla sufrirá el cierre de su cuenta en septiembre.
Ante este panorama, Wells Fargo aconseja a sus clientes efectuar al menos una transacción manual, aunque sea mínima —como un pago, retiro, compra o transferencia de tan solo 1 dólar— a través de la aplicación móvil o la banca en línea, con el fin de mantener su cuenta activa.
Cuando una cuenta es cerrada por inactividad, los montos disponibles se transfieren al Estado, en cumplimiento con la normativa de fondos no reclamados. Para recuperar ese dinero, el titular debe iniciar un procedimiento oficial, trámite que puede tardar semanas o incluso meses.
Las autoridades financieras sostienen que estas medidas ayudan a prevenir fraudes y reducir costos administrativos. Sin embargo, el impacto sobre los usuarios ha generado críticas, ya que muchos consideran que la falta de comunicación clara pone en riesgo a clientes desprevenidos.
Para no perder acceso a tu dinero, Wells Fargo recomienda seguir algunas acciones simples: realizar periódicamente una transacción manual, ingresar con frecuencia a la banca digital, no dejar la cuenta sin actividad por más de 16 meses y mantener actualizada la información de contacto para recibir notificaciones.
Con estas medidas, los usuarios pueden asegurarse de conservar el control de sus fondos y evitar largos procesos de reclamo en caso de cierre inesperado.
Periodista especializada en tendencias y actualidad. Licenciada en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Certificada en SEO y Marketing Digital. Interesada en temas relacionados con tendencia, coyuntura nacional, farándula y más.