
Muchos inmigrantes creen que una de las maneras más rápidas de conseguir la ciudanía americana es casándose, pero ante ello, el gobierno de Donald Trump está intensificando la vigilancia en este trámite llamado "fraude matrimonial", debido a que no solo es un delito federal sino también una de las causas para la deportación.

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Con medidas más estrictas, las autoridades buscan detectar vínculos conyugales simulados y aplicar la consecuencias legales a los ciudadanos y también a los inmigrantes que intenten burlar la ley.
El fraude matrimonial en el contexto migratorio de Estados Unidos es un delito que ocurre cuando una persona contrae matrimonio con un ciudadano o residente permanente únicamente con el propósito de conseguir beneficios migratorios, como una Green Card (residencia permanente), y no existe una verdadera relación conyugal.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) reconoce los siguientes tipos de fraude:
La ley criminal de Estados Unidos contempla estos castigos para aquellos que cometan algún tipo de fraude de matrimonio:
Si bien todos los matrimonios entre los ciudadanos no son fraudulentos, el USCIS exige pruebas sólidas de que el matrimonio es real y fue celebrado de buena fe. Las entrevistas conjuntas, evidencia de convivencia y fotos familiares son parte del proceso habitual para demostrar legitimidad. Algunos indicadores de posible fraude incluyen:
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