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Joven que comía mango y harina para no pasar hambre se convierte en abogado y ayuda a los necesitados

Hay personas que a pesar de las dificultades que atraviesen, hacen hasta lo imposible para lograr sus metas y este joven es un ejemplo perfecto para reflejar que el trabajo duro si premia.

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Gran ejemplo. Este joven pasó de solo comer mangos a ser un abogado que ayuda a su comunidad. | Difusión | Composición el Popular

Eliel da Silva Maciel, de 29 años, es hijo de un agricultor y un conductor de mototaxi. Durante toda su vida vivió en una zona de construcción en el barrio Buritizal, Brasil. Su sueño de convertirse en abogado se hizo realidad cuando se dio cuenta de que sus vecinos de la comunidad necesitaban asesoramiento legal, pero no tenían los medios económicos para ese tipo de servicio.

Él cuenta que obtener su título de abogado nunca fue fácil, ya que él y su familia a menudo no tenían nada para comer. Asimismo, dice que su padre siempre fue muy trabajador y trató de que no les falte para comer. Pero debido a las temporadas de lluvias, su trabajo se volvió aún más difícil.

Eliel relata que cuando no había nada para comer terminaba recogiendo mangos en la calle y mezclándolos con harina. "Comíamos mango con harina en la cena, mango en el almuerzo, mango en el desayuno, hasta que mi padre nos dio algo mejor para comer. Cada vez que en invierno pasaba esto", dijo Upsocl.

Dice que nunca tuvo una vida fácil y ha sido acosado en la adolescencia por su apariencia. Eliel tenía un labio leporino. Después de terminar la escuela secundaria en 2012. Eliel ingresó a la escuela de leyes a través del Fondo de Financiamiento para Estudiantes (Fies) con la ayuda de sus padres.

Fueron necesarios cinco años de lucha, pero finalmente se graduó. En 2019, tomó el examen del Colegio de Abogados de Brasil (OAB) y aprobó el primer grado. Hoy, Eliel ofrece servicios en el área del derecho como seguridad social, agraria, penal y civil.

Todos estos servicios que ofrece son completamente gratuitos para los vecinos de la comunidad. Busca brindar una vida mejor a sus padres y a su hijo de 3 años. Pero dice que no se ve a sí mismo abandonando el lugar donde vivió toda su infancia y adolescencia.

Orgulloso de sus orígenes, Eliel ha establecido su propia oficina en su casa. El niño se convirtió en un gran ejemplo e inspiración para otros miembros de la comunidad.

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