Un macabro asesinato ocurrió en Estados Unidos tras darse a conocer que una joven mató a su familia con ayuda de su enamorado luego que sus padres se negaran a su relación. Se trata de Erin Caffey, una adolescente que no dudó en deshacerse de su padre, madre y hermanos por un capricho amoroso.
Según informaron medios de Estados Unidos, la familia conformada por Penny y Terry Caffey tenían tres hijos: Erin, Penny y Terry Caffey. No obstante, su hija mayor siempre contó con mayor atención debido a que le diagnosticaron desorden por déficit de atención.
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La familia era religiosa y asistían diariamente a misa en Texas, Estados Unidos. Sus hijos asistían con normalidad al colegio, pero un incidente sexual que Erin Caffey generó en la escuela decidieron sacar a todos sus hijos y los educaron en casa.
Cuando cumplió 16 años, la joven fue autorizada por sus padres a trabajar en un local de comida rápida. Uno de los clientes fue Charlie, quien era dos años mayor que ella y rápidamente comenzaron a salir.
Los padres de Erin Caffey no estaban de acuerdo que su hija saliera con un joven mayor, pero confiaron en su hija luego que el joven se apareció en la iglesia junto a ella. No obstante, todo cambió cuando le propuso matrimonio.
Ante ello, la familia se preocupó que a tan corta edad decidiera casarse y optaron por pedirle a su hija que terminara su relación, pero la joven no quería renuncia a él y decidió planear la muerte de sus padres.
Junto con Charlie, la joven esperó a que sus padres durmieran para concretar el crimen y abrió la puerta a su pareja para que acabara con la vida de sus padres y la de sus hermanos para que no haya testigos.
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Pese a los múltiples disparos, el padre de Erin Caffey logró escapar y pidió ayuda a sus vecinos, mientras que su hija y su pareja robaron dinero e incendiaban la vivienda. Tras llamado a la Policía, lograron capturar a la joven y a su pareja en EE. UU.
La pareja de Erin fue condenado a cadena perpetua en 2008 sin posibilidad de libertad condicional a diferencia de la joven, ambos pudieron ser condenados a pena de muerte, pero su progenitor los salvo de la pena máxima. “Quería que tuvieran una oportunidad para encontrar el arrepentimiento”, precisó.
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