Lo que tienen que pasar miles de personas inmigrantes es una historia de terror y tristeza. Al no encontrar oportunidades en sus países natales no queda otra opción que salir afuera.
Este es el caso de Oscar, un niño de 12 años, que viaje durante un mes desde Guatemala a Estados Unidos. Sus primeras palabras en tierras estadounidense: "Vengo solo".
Esto tras cruzar el Río Grande desde México hasta Texas en un bote conducido por traficantes de personas. Tiene miedo, hambre y llora por el peligroso viaje que tuvo que hacer sin más opciones.
"Yo me vine porque nosotros no teníamos qué comer", cuenta a la AFP tras desembarcar junto a varias familias inmigrantes. El pequeño es delgado y de ojos grandes oscuros.
En esta foto tomada el 27 de marzo de 2021, el niño inmigrante guatemalteco no acompañado Oscar (12), quien llegó al otro lado del río Grande desde México, está parado después de desembarcar de un bote cerca de la ciudad fronteriza de Roma, en Estados Unidos. (Foto de Ed JONES / AFP).
Según el relato del niño, lo peor del viaje fue pasar 12 horas en un tráiler lleno de migrantes. “Había calor y se empezaron a desmayar todos”, recuerda y dice que el también lo hizo pero le dieron agua después.
“Mi mamá me dijo: ‘No vayas a llorar’. Pero yo lloré”, dice entre lagrimas. Oscar es el único hijo de una madre soltera que como muchos en el mundo perdió su empleo por la pandemia del coronavirus.
El niño planea reunirse con su tío pintor en Los Ángeles, quien reside desde hace 15 años.
“Me decía que no me diera por vencido, que llegar teníamos que llegar, con la misericordia de Dios. Y también me dijo que allá iba yo a tener una mejor vida”, cuenta acerca del recuerdo de un amigo que hizo en el trayecto.
Finalmente, dice "voy a aprender cómo hacer para traer a mi mamá. En Estados Unidos, voy a poder estudiar".
Nota:
Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.