El virólogo australiano Peter Doherty, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1996, asegura que la eficacia de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V "se ve fantástica", y sugiere que los fabricantes no deberían tener grandes dificultades para modificar el fármaco en caso de mutación del virus.
En declaraciones a TASS, Doherty subrayó este jueves que Rusia tiene "un largo historial de desarrollo de buenas vacunas". Además, considera conveniente la estrategia de usar dos vectores adenovirales utilizada en el fármaco.
"Por supuesto, si el virus cambia significativamente como resultado de una mutación —parece que ahora está en proceso de transformación—, tendrán que 'modificar' el fármaco un poco, pero no será difícil", aseguró el científico, que obtuvo el galardón por sus descubrimientos en el campo del sistema inmunológico humano, en particular su capacidad para identificar células infectadas por virus.
La revista Lancet publicó un manuscrito originado por el Instituto Gamaleya, donde cuentan que en su ensayo Fase 3 con más de 20.000 pacientes, tiene un índice de protección que supera el 91 %. O sea que de cada 100 pacientes vacunados, menos del 10 pueden entrar una enfermedad.
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Ese es un número muy bueno y que se compara favorablemente con las otras vacunas que hoy hay en el mercado disponibles en distintos países del mundo. El otro dato importante es que los efectos adversos no fueron llamativos. Hay un pequeño efecto adverso, un cuadro pseudogripal, pero que el perfil de seguridad es muy bueno, muy sólido y la eficacia también.
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